Capítulo XXXIX

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Mientras seguía a Draco y Narcissa, Amy veía con tristeza cómo el Callejón Diagon había quedado reducido prácticamente a escombros debido a un reciente ataque de mortífagos que se había extendido hasta el mundo muggle.

Casi todas las tiendas habían cerrado y parecería un pueblo fantasma de no ser por Sortilegios Weasley, la única tienda abierta que le daba vida al callejón.

Cuando llegaron al Callejón Knocturn, había todo un comité de bienvenida esperando a Draco y Narcissa en Borgin y Burkes, todos ellos mortífagos, liderados por Bellatrix Lestrange e incluyendo al hombre lobo Fenrir Greyback.

Amy atravesó la pared de la tienda y se escondió detrás de un estante. No le gustaba estar en aquella escalofriante tienda de antigüedades, pero hacía el sacrificio por Draco. Jamás se lo perdonaría si algo malo le pasaba.

—Ahora que nuestro invitado de honor ha llegado, ¡que comience la iniciación! —Chilló una voz ronca y siseante.

Amy ahogó un grito cubriéndose la boca con su mano, y Voldemort surgió de una espesa niebla negra que se formó detrás de ella y la atravesó, causando que se escuchara a sí misma lanzando aquel horrible y agudo grito que escuchaba cuando tenía esos episodios como trances.

Amy cerró los ojos con todas sus fuerzas y se cubrió los oídos con sus manos hasta que dejó de escuchar aquel grito, pero cuando abrió los ojos, se topó con la siniestra figura de Voldemort a centímetros de distancia de ella y parecía estar mirándola.

Amy chilló horrorizada y rápidamente se escondió detrás de otro estante.

Pero Draco la había escuchado.

Draco se sobresaltó y rápidamente comenzó a buscarla con la mirada, pero al no encontrarla, creyó que su imaginación estaba jugándole una mala pasada.

En ese momento se escuchó un ruido afuera. Parecía una teja haciéndose añicos. Probablemente había caído de uno de los techos de las tiendas vecinas. Entonces Greyback rápidamente cerró las cortinas de la tienda por si alguien los estuviera espiando.

Y en efecto así era.

Harry, Ron y Hermione habían salido de Sortilegios Weasley cuando vieron a Draco y Narcissa caminando de una forma muy sospechosa cerca de la tienda, como si no quisieran que los siguieran. Entonces los habían seguido hasta Borgin y Burkes y estaban espiándolos trepados en un techo cercano a la tienda de antigüedades.

—Estoy percibiendo algo muy familiar en este lugar, aunque no puedo identificar lo que es —dijo Voldemort y se acercó a Draco.

Voldemort no podía ver a Amy, pero había percibido su miedo.

—¿Ves ese viejo armario, Draco? —Preguntó Voldemort señalando un antiguo armario negro ubicado justo en medio de la tienda y Draco asintió—. Quiero que te acerques y lo inspecciones.

Narcissa besó la mejilla de Draco y asintió. Draco se acercó al armario, lo miró de arriba a abajo y pasó sus dedos suavemente por los tallados de la puerta. Se le hacía muy familiar.

Ya lo había visto antes. Cuando tenía 12 años. Cuando su padre y él acompañados por Amy visitaron la tienda para venderle varios objetos oscuros al Sr. Borgin, temiendo que el Ministerio de Magia pronto investigara la mansión Malfoy debido a una denuncia de Arthur Weasley.

Ese día, Draco estaba fascinado con aquel armario y estuvo a punto de abrir la puerta, pero Lucius se lo había impedido diciéndole que no se toca lo que no es nuestro.

—¿Tu misión está clara, Draco? —Preguntó Voldemort.

—Sí, Mi Lord —respondió Draco, evitando hacer contacto visual con él.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora