Capítulo LXXIII

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Ser la chica nueva en el Séptimo Año resultó más difícil de lo que Amy creyó, pues sus compañeros la miraban con desconfianza debido a los sombríos tiempos que se estaban viviendo en el Mundo Mágico. Su único amigo del curso era Neville, y por eso habían comenzado a desconfiar también de él.

Voldemort había tomado el control del Ministerio asesinando al ministro y tomando su lugar, aunque actuaba a través de alguien más: Pius Thicknesse. Después del asesinato del ministro, los mortífagos habían irrumpido en la recepción de bodas de Bill Weasley y Fleur Delacour, destruyéndolo todo en busca de Harry Potter. Amy lo sabía muy bien porque ese era otro ataque del que Draco había sido obligado a ser partícipe, y Ginny también se lo había comentado.

Amy no había tardado en convertirse en la mejor alumna de su curso y pasaba muchas horas estudiando en la biblioteca. Como siempre se sentaba junto a Neville en clases, había comenzado a ayudarlo cuando tenía problemas con alguna asignatura, los fines de semana visitaba a Hagrid y jugaba con Fang, y a la hora de las comidas le alegraba escuchar las interesantes conversaciones de Luna sobre los nargles, torposoplos y snorkacks de cuernos arrugados.

Una noche, Amy regresó al despacho del director para continuar con la conversación que había quedado pendiente:

—...y de todos modos no me quedaba mucho tiempo de vida, Amy —dijo el profesor Dumbledore desde su retrato.

—¿Cómo dice? ¿Pero por qué? —Preguntó Amy confundida y el profesor le mostró su ennegrecida mano derecha, la cual la muchacha vio horrorizada.

—Albus tenía una maldición en la mano, Amy —terció Snape.

—Y Severus me preparó una poción que temporalmente evitó que se esparciera rápidamente al resto de mi cuerpo —continuó Dumbledore.

—Es que no lo entiendo —dijo Amy—. ¿Cómo es que esa maldición llegó hasta su mano?

—Eso sucedió cuando destruí un Horrocrux. Específicamente el anillo de Sorvolo Gaunt —respondió el anciano profesor, y Amy ahogó un grito y se tapó la boca con las manos.

—Draco y yo leímos sobre los Horrocruxes en un libro que estaba en la sección restringida de la biblioteca. Es magia malvada.

—Lo sé, querida Amy. Al parecer, un joven Tom Riddle también lo encontró y comenzó a hacerle preguntas al profesor Slughorn. Quería saber si era posible dividir el alma en siete partes.

—¿Quiere decir que lo logró?

—Me temo que sí —dijo Dumbledore con pesar, y con una cabezada le dio una instrucción a Snape, quien se acercó al escritorio y de uno de los cajones sacó un ennegrecido anillo y un delgado y maltratado libro negro que tenía un agujero en el centro.

—¿Este es el anillo de Sorvolo Gaunt? —Preguntó Amy.

—Así es —Dumbledore asintió.

—¿Y acaso es este el libro que Lucius colocó en el caldero de Ginny Weasley en el 92?

—En efecto —respondió el anciano profesor y vio una venir una disculpa de Amy, pero que antes de que ella pudiera decir algo, prosiguió—: No te sientas mal por haber entrado a mi despacho como fantasma cuando hablé con Lucius sobre ello, Amy. Apuesto a que lo viste maltratando a Dobby y por eso lo seguiste hasta aquí, ¿cierto?

—Así fue, profesor.

—Huiste despavorida al enterarte de que el hombre que una vez amaste tanto había hecho algo tan vil, y no escuchaste el resto de la conversación. Ese es el diario de Tom Riddle, o lo que queda de él. Era otro de sus Horrocruxes, y sin saberlo, nuestro amigo Harry Potter lo destruyó con un colmillo de basilisco en la Cámara de los Secretos.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora