Capítulo LXIV

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—¡Amy! —Chilló Draco al borde de la histeria, corrió hacia donde había caído y se arrodilló junto a ella—. ¿Pero qué fue lo que hice? —Dijo horrorizado. Si Amy estaba muerta, él jamás se lo perdonaría.

Acercó una temblorosa mano a la nuca de Amy y se manchó con sangre. Se cortó al coger uno de los trozos del espejo roto y lo acercó a la pequeña nariz de su amada en busca de una señal de vida. Si el espejo no se empañaba, iba a darle un ataque al corazón.

—Estás viva... —susurró con lágrimas en los ojos al ver que el trozo de espejo se había empañado débilmente—. Piensa, Draco. Piensa...

Draco temblaba como una hoja por la desesperación. Le había hecho algo horrible a su novia en un momento de pánico y tenía que encontrar la manera de detener la hemorragia antes de que fuera demasiado tarde. Entonces lo recordó.

—Quédate conmigo, hermosa, por favor, te lo suplico.

Draco agitó su varita por encima de la herida que le había causado a Amy sin querer, murmurando un hechizo que casi parecía una canción:

—Vulnera Sanentur... Vulnera Sanentur... Vulnera Sanentur...

La hemorragia se redujo al momento y la herida comenzó a cerrarse. Cuando la hemorragia finalmente se detuvo, Draco le limpió la sangre del cabello a Amy con el encantamiento Tergeo y la tomó en sus brazos. Entonces ella comenzó a reaccionar y vio el hermoso rostro de su amado Draco.

—¿Por qué hiciste eso? —Preguntó Amy con voz débil.

—Amy preciosa, perdóname por favor, te lo ruego —suplicó Draco con la voz quebrada—. Es que tu rostro... tu hermoso rostro cambió... Tu cabeza entera se convirtió en la de Vol... en la de él...

—¿Qué? —Preguntó Amy perpleja.

—Y cuando hablabas... la voz que salía de tu boca también era la de él.

—¿Pero cómo?

—No lo sé. Tal vez tenga que ver con tu condición de metamorfomaga. Creo que algo ha activado tu poder.

—¡Oh, por Merlín!

—¿Me perdonas, hermosa?

—Te perdono, mi amor. Ahora entiendo que no era a mí a quien atacabas —respondió Amy y lo abrazó—. Atacarlo de esa manera... Eres muy valiente, Draco. ¿Me perdonas por asustarte así?

—Por supuesto que sí, Amy. Sé que no lo hiciste a propósito —repuso Draco y le besó la frente con ternura.

—No sé cómo lo hice, pero espero que no vuelva a repetirse.

—Lo sé —dijo Draco y depositó un dulce beso en sus labios—. Vamos hermosa, tengo que ponerte díctamo en la herida.

Draco y Amy se dirigieron al baño, pues en el botiquín estaba la botella de esencia de díctamo que Narcissa les había llevado. Draco se lavó las manos para limpiarse la sangre de Amy y ella notó que tenía heridas en los dedos.

—¿Y esas heridas? —Preguntó Amy con preocupación.

—Me corté con un trozo del espejo —respondió Draco.

—Tenemos que curarlas antes de que se infecten.

Amy le curó las heridas con díctamo y Draco vertió unas gotas también en la herida que Amy tenía en la nuca. Y a pesar de lo mucho que le dolía la cabeza debido al golpe, ella quería continuar con la lección.

—Tenemos que continuar —dijo Amy con determinación, cogió la mano de Draco y lo llevó de vuelta a la habitación.

—Tal vez deberíamos descansar —respondió Draco—. Siento que me va a explotar la cabeza y apuesto a que tú también estás sintiendo mucho dolor.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora