Capítulo XIX

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Draco caminaba sin rumbo por el jardín de la escuela, perdido en sus pensamientos. No había nadie alrededor, sólo un silencio sepulcral y todo lucía gris y sin vida.

¿Acaso los dementores habían pasado por allí?

De repente escuchó sollozos, y como había tanto silencio, hacían eco por todo el jardín. Entonces miró alrededor y divisó a Amy. Ella lloraba arrodillada, con las palmas de las manos en el césped, como si hubiera caído de rodillas y hubiera puesto las manos para no hacerse daño.

Amy también se veía gris. Su ondulado cabello verde y su hermoso vestido celeste habían perdido todo el color, como si alguien o algo se lo hubiera arrebatado.

—¡Amy! —Chilló Draco, corrió hacia ella y se arrodilló frente a la muchacha.

Amy levantó la cabeza y lo miró. Draco jadeó del susto y dio un pequeño salto que lo hizo caer sentado hacia atrás. El hermoso rostro de Amy se veía como el de una anciana, y comenzó a sollozar aún más fuerte ante la reacción de Draco. Entonces suplicó:

—Ayúdame...

De repente, Draco despertó ahogando un grito y rápidamente se sentó en su cama. Estaba cubierto de sudor. Miró alrededor desorientado y se dio cuenta de que estaba solo en su dormitorio.

—Fue sólo una pesadilla —susurró mientras se limpiaba el sudor del rostro con sus manos. Pero algo lo sobresaltó—. ¡¿Qué demonios?! —Exclamó al escuchar ruidos en su puerta, como si algo o alguien estuviera arañándola.

Draco se levantó de un salto y se puso una suave y calientita bata aterciopelada color borgoña sobre su pijama negro, abrió la puerta y se topó con Fang, quien lo sobresaltó otra vez con un fuerte ladrido.

—¿Fang? ¡Oye, mira lo que le hiciste a mi puerta! —Le reclamó Draco, examinando las profundas marcas de arañazos en su puerta.

Pero Fang volvió a ladrar y comenzó a correr por el pasillo, y al darse cuenta de que Draco no lo seguía, regresó y comenzó a tirar de su bata con sus dientes.

—¿Pero qué haces, Fang?

Fang comenzó a llorar y a tirar de su bata con más fuerza. Entonces Draco comprendió lo que el enorme perro trataba de decirle.

—¡Oh, por Merlín! Es Amy, ¿verdad? ¿Está en peligro?

Fang ahogó un gemido y miró a Draco con tristeza.

—Llévame con ella, Fang.

Fang comenzó a ladrar y a correr por el pasillo, seguido de Draco, y lo llevó hacia el jardín. Draco sintió un escalofrío al darse cuenta de que ya había estado allí en su pesadilla, y se le erizó la piel al ver a Amy llorando exactamente en el mismo lugar y en la misma posición que estaba en aquel horrible sueño.

—¡Amy! —Chilló Draco y siguió corriendo hasta acercarse a ella, y se arrodilló frente a la muchacha.

Amy levantó la cabeza y lo miró, pero a diferencia de aquel sueño, no había perdido el color y su hermoso rostro no había cambiado, pero su cuerpo estaba más transparente que nunca y Draco apenas podía verla.

—¿Draco? —Susurró la muchacha con las fuerzas que le quedaban, y Draco rompió a llorar.

—Amy, lo siento. Siento haberte ignorado y lamento todas las cosas horribles que te dije. Lo siento por haberme comportado como un idiota que no pensó con la cabeza sino con su p... Amy, por favor...

—Eso ya no importa —lo interrumpió ella—. Si estás aquí ahora significa que aún te importo.

—Sí me importas, me importas mucho, Amy.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora