Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]

Capítulo XXXII

Sin saberlo, Draco y Amy habían estado practicando al mismo tiempo que el Ejército de Dumbledore.

—Quiero que copien el texto aprobado cuatro veces para asegurar la máxima retención —dijo Umbridge y los estudiantes comenzaron a escribir.

Todos menos Draco y Neville, quienes estaban ocupados haciendo algo diferente:

—Protego. Protego. Protego —susurraba Draco moviendo su varita bajo su pupitre, de la forma que Amy le había enseñado.

—Expelliarmus. Expelliarmus. Expelliarmus —susurraba Neville, también moviendo su varita bajo su pupitre ya que había estado teniendo problemas para ejecutar ese hechizo.

—¡Sin varitas, Sr. Longbottom! —Chilló Umbridge—. ¡Lo mismo va para usted, Sr. Malfoy!

Draco y Neville guardaron sus varitas y comenzaron a copiar el texto que Umbridge había mencionado, y cuando la clase terminó, el Ejército de Dumbledore se reunió para practicar.

Filch se había dado cuenta de que una extraña puerta apareció y desapareció en uno de los pasillos del séptimo piso después de que unos estudiantes la atravesaron. Aunque no sabía que era la entrada a la Sala de Menesteres, se quedó allí haciendo guardia, esperando que apareciera nuevamente.

Pero la puerta no apareció. Al menos no allí.

Después de que el Ejército de Dumbledore terminó su práctica ese día, la puerta apareció en otro pasillo para que pudieran salir sin que Filch los viera, confirmando así que Hogwarts quería que los estudiantes aprendieran a defenderse.

Filch le había informado a Umbridge lo de aquella misteriosa puerta que parecía albergar a un grupo de estudiantes en su interior, y ella mandó a colgar el Decreto Educacional No. 82, en el que se establecía que todos los estudiantes serían sometidos a un interrogatorio acerca de supuestas actividades ilícitas.

Y así, uno por uno, Umbridge comenzó a interrogar a los estudiantes en su oficina, dándoles a beber una taza de té, aunque ellos ignoraban que estaba mezclado con Veritaserum.

—El encantamiento estupefactor es uno de los más útiles de tu arsenal, Draco —dijo Amy mientras se paseaba por el dormitorio de Draco—. Es el que más vas a utilizar, te lo aseguro, y lo has ejecutado a la perfección —añadió y Draco sonrió—. Es hora de hacerlo más poderoso.

—¿Qué? —Draco abrió los ojos como platos—. ¿Es eso posible?

—Sólo si estás listo para soportar sus efectos.

—Yo nací listo, Amy —Draco le guiñó un ojo y Amy sonrió, y acomodó un mechón de su cabello coquetamente detrás de su oreja.

—Bien, ahora apunta tu varita haca el espejo, imita el movimiento de mi mano y di: ¡Desmaius Duo!