Capítulo XLIII

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Una Amy de 16 años observaba atentamente a un Severus de 16 años sentada a su lado en la biblioteca mientras él hacía anotaciones en su ejemplar de Elaboración de Pociones Avanzadas.

—No me gusta que maltrates tu libro así, Sev. Deberías usar un pergamino aparte para hacer tus anotaciones.

Severus no le respondió. Sólo la miró y le dedicó una pequeña y casi imperceptible sonrisa para luego volver a sus anotaciones.

—¿Sectumsempra? ¿Y eso qué es? —Preguntó Amy con curiosidad.

—No es nada —respondió Severus y cerró bruscamente su libro.

—No me mientas, Sev. Ahí escribiste "Sectumsempra para enemigos". ¿Acaso creaste un maleficio?

—Digamos que me harté de que Potter siempre esté poniéndome en ridículo frente a los demás, y no siempre estarás ahí para salvarme, Amy.

—No me asustes, Sev. ¿Qué es lo que hace tu Sectumsempra?

—Eres demasiado dulce como para revelarte algo tan horrible, Amy...

En ese momento, Draco regresó de su ducha matutina y azotó la puerta de su dormitorio. Amy se asustó y se escondió. Se había perdido en aquel recuerdo y, sin saberlo, Draco la había devuelto a la realidad con ese susto.

Un mes ya había pasado desde que comenzaron las clases. Draco había estado buscando el armario evanescente en todos los lugares que se le había ocurrido, pero aún no lo encontraba y comenzaba a desesperarse.

Era sábado y había una visita programada a Hogsmeade para los estudiantes de Sexto Año. Draco se vistió rápidamente y buscó en su armario el maletín con el que viajó en el tren, y de éste sacó una extraña y plana caja negra de terciopelo, la colocó sobre su escritorio y la abrió agitando su varita, revelando el imponente collar de ópalo que había en su interior.

Amy ahogó un grito y se cubrió la boca con sus manos al reconocer aquel collar. Había estado en Borgin y Burkes durante años, y la primera vez que lo vio fue cuando acompañó a Lucius a buscar un regalo de cumpleaños para su padre, quien estaba obsesionado con coleccionar objetos oscuros que guardaba en una cámara secreta ubicada debajo del salón de la mansión.

Esa fue la primera vez que Amy pisó aquella tienda de antigüedades y le dio escalofríos. El collar de ópalo estaba en una vitrina justo en medio de la tienda y su extraño brillo verde hacía que fuera lo primero que uno viera al ingresar.

Amy se había acercado a aquella vitrina y se paralizó al leer la etiqueta:

"¡No tocar! Maldito. Ha cobrado la vida de 19 propietarios muggles hasta la fecha"

—¡Vámonos de aquí, Lucius, por favor! ¡No quiero estar aquí! —Chilló horrorizada y corrió a abrazarlo con todas sus fuerzas.

—Sólo será un minuto más, Amy. Ya nos vamos, linda —respondió Lucius envolviéndola en un abrazo para luego besar su frente con ternura—. El Sr. Borgin fue a buscar una caja apropiada para el regalo que le compré a mi padre...

Ahora Amy entendía porqué Draco no quería tocar el contenido de la caja, y recordó que el collar seguía en la tienda cuando Draco acompañó a Lucius a venderle algunos objetos oscuros de su colección al Sr. Borgin hace 4 años.

Pero, ¿qué era lo que Draco planeaba hacer con el collar y cómo fue que llegó a sus manos?

En efecto, Draco había visto el collar de reojo cuando estuvo en Borgin y Burkes con su padre hace 4 años, y lo había comprado bajo las órdenes de Voldemort la noche que le asignó la misión de asesinar a Dumbledore. Por eso Amy no sabía que lo tenía en su poder.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora