Amy llevaba un día y medio escondida en la Sala de Menesteres y tenía mucha hambre. Sabía que no debía preocuparse por Fang porque Neville seguro se encargaría de alimentarlo.
Neville.
Seguramente estaba muy preocupado por ella. Seguramente estaba buscándola.
¿Y qué suerte habrán corrido Luna y Ginny?
Los mortífagos se habían llevado a Luna del tren cuando regresaba a casa para Navidad y Ginny no había regresado después de las vacaciones de Pascua.
Amy sentía que su estómago se estaba acabando. Le dolía mucho, así que se sentó en la hamaca para sobárselo.
—Tengo mucha hambre —se lamentó y se percató de que la niña rubia del retrato la miraba con tristeza—. Me llamo Amy. ¿Y tú? —Le preguntó.
—Ariana —respondió la niña—. ¿Por qué estás aquí?
—Hogwarts se ha convertido en una especie de campo de concentración. Cosas horribles les están pasando a los mestizos y a los nacidos de muggles... ¡Yo sólo quería ayudar! —Sollozó.
—No llores, Amy —le dijo Ariana con dulzura—. Ven conmigo.
El cuadro entero osciló como lo habría hecho una puerta y se reveló la entrada de un túnel. Amy se quedó boquiabierta por unos segundos y luego se puso en marcha.
—¿A dónde me llevas? —Preguntó Amy.
—Confía en mí —respondió Ariana y su retrato cerró la entrada del túnel tras Amy.
Al otro lado había unos desgastados escalones de piedra. Daba la impresión de que el pasadizo era muy antiguo. De las paredes colgaban lámparas de latón, y el suelo de tierra estaba liso y erosionado.
Amy perdió la noción del tiempo mientras caminaba hasta que finalmente llegó al final del túnel, donde una puerta se abrió y ella terminó parada sobre la pequeña chimenea de una salita provista de una alfombra raída.
La muchacha bajó de un salto y la puerta del túnel se cerró, aunque no era una puerta, sino otro retrato de Ariana. Pero Amy había hecho mucho ruido y se sobresaltó al escuchar la voz de un hombre mayor que gritaba desde fuera:
—¡¿Quién anda ahí?!
Amy sacó rápidamente su varita y escuchó la voz del hombre cada vez más cerca:
—¡Voy a enseñarte a no entrar en casas ajenas, ladrón!
La puerta de la salita se abrió y el hombre entró con la varita en ristre, pero Amy bajó la suya y exhaló aliviada al reconocer al camarero de Cabeza de Puerco.
—¿Amy? —Dijo un muy desconcertado Aberforth Dumbledore.
—¡Sr. Dumbledore! —Dijo Amy con alegría y corrió a abrazarlo.
—¿Pero cómo? Creí que estabas muerta —respondió Aberforth devolviéndole el abrazo de una forma muy extraña.
—Lo estuve, señor. Pero se me ha dado una segunda oportunidad. Lamento haber entrado así a su casa, pero...
—Yo la traje aquí —la interrumpió Ariana desde su retrato—. Amy lleva casi dos días sin comer. ¿Podrías darle algo de comer, por favor, Ab? —Le dijo a su hermano.
—¡Por supuesto! ¿Cómo no me di cuenta? ¡Eres Ariana Dumbledore! —Dijo Amy mirando el retrato y Ariana sonrió.
—Ven Amy. Bajemos al bar. Está cerrado ahora por el toque de queda. Te prepararé algo de comer —dijo Aberforth.
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Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]
Fanfiction[OBRA TERMINADA] El pequeño Draco ha sido cuidado toda su vida por Amy, una peculiar muchacha de 17 años que él cree que es su amiga imaginaria. El tiempo pasa para Draco pero no para Amy, pues ella esconde un oscuro secreto. ¿Qué sucederá cuando la...