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Jungkook.

—¡Agh!— me quejé nuevamente al fracasar en la búsqueda de mi celular, no podía desaparecerse otro maldito día.

—¿Seguro qué lo dejaste ahí Kookie?— preguntó mamá quien se unió a la búsqueda.

—¡Sí, ahí estaba!, Pero mágicamente desapareció— me puse las manos en las caderas y pensé, en mi auto no estaba, en mi habitación tampoco, en la cocina tampoco, ¡Y aquí tampoco!.

La corta paciencia que tengo se expira con rapidez.

Definitivamente venir a casa de mamá y papá no es bueno en ocasiones, bufé y me tiré en el sofá frustrado, hace más de una maldita hora no consigo el teléfono y son las 6 de la tarde, ¿Dónde m*erda estás?.

—No te preocupes cielo, ya lo vas a encontrar, ¿Quieres galletas de esas que son tus favoritas con leche de banana?— como negarse a la dulzura de mi madre, asentí sonriente y le di un beso en la cabeza antes de que saliera de la habitación.

Estiré los brazos en el espaldar del mueble y recosté mi cabeza hacia atrás, ¿Dónde estaba cuando se perdió mi celular?, intentaba responderme pero no recuerdo haber hecho nada más que bañarme y volver a bajar a la sala.

¡Oh por Dios, Bea!.

Casi olvido mi cita con ella, pero...un momento, ¡Ni siquiera acordamos el lugar!.

—¡Maldita sea!— grité con suavidad para evitar alertar a mamá, lancé uno de los cojines al mueble contrario y lleve mis codos a las rodillas restregando las manos en mi rostro con obstinación.

¡Eso es!, puedo ir a su casa, así no pensara que no quise salir con ella o que ando de mujeriego por ahí...wow...hasta a mí me parece sorprendente que no esté en lo que parece ser mi vida cotidiana.

Iba a tomar las llaves del auto pero en ese momento apareció papá diciendo que teníamos que arreglar cuentas con el administrador de la empresa, cosa que me importa un comino pero es un patrimonio que voy a heredar y debo poner de mi parte.

Miré el reloj en mí muñeca y sentí pánico por lo tarde que era, y que posiblemente tendría que salir casi corriendo de aquí para alcanzar a Bea.

•••

—¡Adiós mamá, te amo!— grité tomando las llaves de mi auto.

—¡Jungkook espera!— gritó mi señora madre haciendo que detuviera los apresurados pasos.— Quédate a cenar ¿Si?

¡No no no!, ¿Por qué ahora mamá?.

¿Cómo le digo qué no, a la mujer que me dió la vida y que casi nunca me pide esto?.

—¿Es necesario qué sea hoy?— dije sin sonar grosero y desesperado por irme.

—Cielo, tu papá saldrá y bueno... creí que era un buen momento para estar solos, Hoseok también saldrá esta noche

No pude pensar demasiado ya que se trata de mi madre, y es imposible decirle que no a la mayoría de sus peticiones.

Tiempo después, ayude a mamá a preparar la mesa, aunque habían un montón de mucamas que pudieron haberlo hecho; así era como mamá y yo pasábamos el rato juntos, y en realidad amaba eso.

Still Whit You | JJK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora