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Capítulo dedicado a: @nery_JK, @ssofi1508
Bajo el dulce pero intenso beso que nos envolvía a ambos, a pasos torpes dimos a parar en la habitación; por primera vez en mucho tiempo, sentí miedo, miedo de tener sexo, y no de hacerle el amor como debidamente se lo merece.
Pero, ¿Qué es realmente hacer el amor?, ¿Es solo tener coito dejando de lado el placer de ella?. Dicha expresión, iba más allá de lo imaginado, porque no solo se trataba de sexo, era más que eso, era tener la capacidad de hacerla sentir mujer, amada, valorada y deseada, quizá una sensación a experimentar por primera vez, y si tenía suerte podía ser el último que la hiciera sentir aquel elixir de emociones.
Sus perfectas clavículas expuestas a mis labios enloquecidos por probar cada parte de ella, porque si algo sabía, era que cada rincón de su cuerpo quedaría bajo el toque de mis labios. Mis manos eufóricas por palpar cada parte con delicadeza, y su dulce jadear, todo en conjunto era una perfecta sinfonía nunca antes vista ante mis ojos.
Porque más allá de ser excitante, era satisfactorio para mí el hecho de saber que solo yo tenía la capacidad de llevarla a tales extremos, y por supuesto, solo ella tiene esta capacidad de encender este frenético deseo.
Mis ojos solo pueden presenciar una diosa, que comparada con Calíope, tiene un cantar exquisito, pero que se vuelve tan fastuosa como Melpomene debido al desenfrenado deseo que hay entre ambos.
Su piel tersa y suave como el terciopelo, su delgada pero bien distribuida figura me llevaban al borde de la locura, cada parte de ella incrementaba mi sed de más, una sed que nunca antes sentí y que no dudaba en lo más mínimo de saciar.
—Me traes completamente loco— susurro en su oído mientras succiono el lóbulo del mismo sintiendo sus uñas clavarse en mi espalda.— Eres la obra de arte más perfecta que he visto
La sensualidad y la vulgaridad constantemente son un equipo, pero a ella no le hacía falta ser vulgar para desatar este frenesí de deseo que me resultaba incapaz de detener.
Y comparada con otros sabores que probé antes, este es el verdadero manjar.
Mis manos escurridizas se metían debajo de su blusa, tocando la piel que tuviera a mi alcance, concentré mis besos en su cuello, era un punto débil que me encantaba provocar, pasaba sus manos por mi cabello mientras continuaba mi trabajo, mordía levemente con mis dientes y podía sentir como ella apretaba más su agarre hacía mí.
Los besos seguían, calentaba su piel ante mi toque, lo sabía por como ella reaccionaba, esto era amor puro en su más alta pasión.
Y aún faltaba más.
Me dediqué a bajar más mis besos, le quité la blusa por completo dejándola en brasier, esbocé una pequeña sonrisa y besé desde su abdomen, mordiendo y subiendo poco a poco, me encantaba verla con los ojos cerrados y concentrada en las sensaciones del placer de los juegos previos.
Un pequeño jadeo salió de sus labios al sentir mis húmedos besos sobre la piel de sus senos.
Amaba escucharla.
Continué mi camino de besos, ahora hacía abajo nuevamente, quise quitar el brasier, pero era mejor ir poco a poco, primeramente el pantalón, así podría ir quitando prenda por prenda, poco a poco.
La tensión es muy importante.
—¿Cuándo te quitarás la camisa, Jungkook? —preguntó Bea.
Sonreí ante su pregunta.
—No seas impaciente cariño, déjame hacerte el amor como se debe.
Un poco antes de deshacerme de las prendas que envolvían mi cuerpo, me dispuse a juguetear con ella mientras mi lengua hacia su magia en ciertos puntos, llevándola al borde del desespero y provocando que jaloneara un poco mi cabello.
Excitante, tanto como ella.
Y tras acabar con el juego previo de la seducción conjuntamente mezclada con la calentura; finalmente llegaba el momento donde podía dejarme llevar y demostrarle como realmente debía hacerla mía, aquel momento especial donde tenía que dejarle claro quien era el único que podía hacerla sentir de tal forma, y él único que tenía el derecho de hacerla suya.
—Nadie te hará sentir como yo— susurré en su oído posicionandome sobre ella y entrelazando nuestras manos sobre su cabeza.— Te lo prometo
Y pese al ambiente bastante subido de tono, solo unos minutos bastaron para llegar al éxtasis, o mejor dicho, al mejor clímax de mi vida.
—Me fascinas— espeté sobre sus labios con la respiración agitada obteniendo una respuesta favorable de su parte.
—Y tu a mi.
•••
Verla dormir plácidamente a mi lado, definitivamente se ha vuelto de mis cosas favoritas, ¿Cómo lo hice antes sin ella?.
Detallando cada facción de su rostro relajado, pensaba en lo buena que había sido mi desición al intentarlo con Bea, y noté que en realidad no hacía falta conocerla de hace tanto tiempo, para saber que es ella con quien deseo ser feliz, esta sensación de cosquilleo y mi corazón revoloteando, era algo que no había sentido jamás, quizá era la primera vez, y aunque en ocasiones me generaba miedo debido a que no suelo entregarme así, no tenía dudas con ella.
—Bueno...¿existe algún otro obstáculo para que no salgas conmigo?— pregunto y sonríe nerviosa.— Es decir, todo se aclaró así que queda claro que no he salido con alguien más desde que intento tener un cita contigo
—N-no— responde cabizbaja.
—Entonces, ¿Te gustaría apostar algo conmigo?— pregunto de nuevo.
—¿Qué tienes en mente?
—Si salimos a más de 2 citas, y yo me enamoro primero te daré lo que me digas justo ahora— propongo haciendo que riera y se sonrojara.— ¿Qué apuestas tú?
—¿Seguro qué quieres apostar?, Siempre gano— bromea y asiento muy seguro de sí.—Bueno, puedes regalarme...¿Un día de spa? creo que como médico es un lujo eso— reímos en unísono.
—Bien que sea un día de spa entonces, ¿Y si tú te enamoras primero, qué gano?— le codeo haciéndola reír.
—Dudo que pase, pero en caso de que suceda, algo muy hipotético; te regalo una cita conmigo en la torre namsan— exclama y me impresiona un poco, no hace falta que sea algo costoso.
Sonrío ante aquel recuerdo, que me lleva a tomar una difícil desición, quizá me estoy apresurando pero...no quiero seguir guardando todo esto que siento.
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Still Whit You | JJK.
FanfictionJeon Jungkook; estudiante de último año de medicina, cuyo anhelo es convertirse en un reconocido médico, tal y como lo quiso un día su abuelo. Este mismo, es el estereotipo de hombre mujeriego que no quiere cambiar el facilismo por el compromiso, t...