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Finalizado nuestro viaje, volvimos a la ciudad de Seúl, y después de tomar el almuerzo fui a dejar a Bee en su casa, sin embargo, tuvimos que disimular con Haerin para que su padre creyera que el viaje había sido con ella.

Algo un poco absurdo para la edad de Bee, pero también era entendible debido a que es su única hija mujer, y a veces los padres pueden llegar a ser celosos.

Exhausto, dejé las maletas en el auto y me dispuse a subir a descansar primero, ya luego volvería por ellas, introduje el código para adentrarme a mi dulce y abandonado hogar, dejé mi abrigo en el perchero y me quite los zapatos poniéndome las zapatillas de casa.

Entro en mi habitación predispuesto a lanzarme en la cama y dormir una larga siesta, no sin antes ponerme otra camisa para una mejor comodidad; un poco antes de dirigirme a la cómoda de mi ropa, debido al tiempo que estuve afuera supongo que mi habitación necesita algo de luz, así que quito el Smart Glass.

Al principio solo me dispongo a observar el panorama de los demás edificios y algunas calles que están cerca, luego cuando presto atención al piso del balcón, otra vez, un sobre rosa es lo que hay en el.

Ni estando lejos lo dejó pasar.

Con algo de inseguridad, abro las puertas para recoger el sobre del lugar, y tan pronto lo tengo en mis manos vuelvo a la habitación y también a poner el Smart Glass.

¿Por qué ignoras todo lo que digo?, Si me escucharas, sabrías lo importante que son cada una de mis palabras, pero siempre estás ocupado en ti mismo.

Adicional, el lugar no me convenció, Bea se merece algo mejor, imbécil.

-Anónimo.

¿Cómo qué el lugar?, ¿Esta persona me siguió con Bea?, Oh por favor, esto es el colmo.

Mi mente divagaba intentando recordar algún hecho extraño que hubiese acontecido durante la estadía, pero todo pareció estar bajo control mientras estuve allí, sin embargo, esto estaba yendo demasiado lejos, si bien era raro que me enviaran cartas de tal magnitud, que me siguieran lo era aún más, quizá era momento de que Bea lo supiera, así no corría el riesgo de ser atacada sin saber, cosa que espero no suceda.

¿Por qué está tan empeñado en Bea?, ¿Y por qué no sucedió antes con otra chica?.

•••

¿Te divertiste?, Se acerca la hora en que por fin entenderás que Bea es mía y no tuya.

-Anónimo.

Esta persona no me deja ni respirar, recién salgo de casa y esto es lo que encuentro sobre mi auto, dejo el sobre a mi lado para ir a recoger a Bea, le dije que debíamos hablar sobre algo importante, no podía dejar pasar más tiempo esto, probablemente seguir callado traería consecuencias y no era algo deseado.

Recibo un texto del maestro Kang y maldigo en mi adentros rogando porque no sea alguna emergencia.

Maestro Kang:
•Te quiero aquí a las 9pm, si no vienes hoy estás reprobado

•Te llamé ayer y no respondiste, ese es el motivo

Demonios.

Creo que de todo lo que hice olvidé avisarles a algunos maestros que no estaría disponible el fin de semana. Aún tengo tiempo, así que no creo que tenga problema.

Aparco fuera del edificio y me adentro al mismo siendo seguido por la mirada de la recepcionista, bastante intensa pero siendo ignorada por mi, no tenía nada que verle.

Al llegar al piso indicado, camino unas cuantas puertas hasta llegar a la de Bea, toco el timbre e impaciente aguardo porque abra la puerta.

—Yo abro— escucho la voz de un hombre y rápidamente mi mente se vuelve alerta.— Hola— dice el señor Murphy en tono un poco despectivo.

—Hola...¿Está Bea?— pregunto intentando sonar desinteresado, aunque dudo que haya salido bien.

—No, salió hace unos minutos— exclama el señor con semblante serio.—¿Necesita algo?

¿Salió?.

—¿Podría saber a dónde iba?, Teníamos una reunión de estudio—miento.

Unos segundos de silencio incómodo fulminan el ambiente mientras el señor me mira de pies a cabeza.

—Tenía una emergencia— contesta Jin a sus espaldas.— Anda papá, es solo un amigo de Bea— le toca el hombro pero el señor se niega.

—¿Algo más?

—Papá, no seas grosero— se queja Jin y me impresiona que al parecer me defiende.— Quizá llegue tarde, creo que mencionó al maestro Lee, deberías saber mejor que yo, si la necesitas búscala en el hospital

—S-sí, muchas gracias— le digo haciendo una ligera reverencia y observo a Jin guiñarme el ojo.

Vuelvo a tomar el ascensor para ir de regreso al auto, de nuevo la mirada de la recepcionista se posa sobre mi causándome algo de incomodidad, pero no era eso lo que tenía en mente; además de la carta encontrada en casa, me preocupaba que el padre de Bea no me aceptara como su novio, cada día me queda más claro que es un señor bastante complejo.

Oye— escucho una voz masculina a mis espaldas.

Al girarme me encuentro con el padre de Bea y un gran pánico me invade.

—No molestes a mi hija, no te quiero cerca de ella— exclama bastante seguro.— Mi hija no es una de esas cualquieras que pueda ofrecerte lo que buscas, porque a mi no me engañas, eres un simple mujeriego— sentencia y en medio del silencio decide marcharse.

Bueno, eso dolió.

Simple mujeriego.

A pesar de que me han dicho cosas peores, tratándose del padre de Bea, fue bastante penoso y duro tener que aceptar su forma de verme.

Mi idea principal era buscar a Bee en el hospital, pero ahora, sinceramente no tenía ganas de mucho, quizá con un mensaje bastaría.

Me:
Cariño, supe que fuiste al hospital, en tanto tengas tiempo ve a mi casa

•Te adoro mucho, por favor cuídate

Tras un suspiro pesado, volví al auto, no quería ir a casa, así que mejor iría a casa de mi madre, tal vez y si tenía suerte, me daría un consejo acerca de la situación con el padre de Bea.

Still Whit You | JJK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora