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1 año después.

Fingir que los nervios no me estaban comiendo por dentro sería un vil engaño; sin embargo, mi boda se estaba llevando a cabo tal y como se planeó lo que me mantenía ciertamente tranquila. Por otra parte, seguía inquietándome que pensaría Kookie del vestido, si bien es una tradición tanto en algunas partes de europa, america y america latina, el que el novio no viese el vestido de la novia sino durante la boda, en corea, el novio debe entrar junto a la novia, por ende, debe ver su vestido antes de la ceremonia.

Para mantener un poco algunas tradiciones pertenecientes a mi cultura, Jungkook no me acompañó a escoger el vestido, como también se tiene por tradición aquí. Así que por ello me convertía en un manojo de nervios pensar que diría sobre mi aspecto, no paraba de verme al espejo, me sentía hermosa, y aunque importaba más lo que creyera yo que cualquier otra persona...¿Cómo no me va a importar lo qué piense mi futuro esposo?.

Habíamos escogido el hotel Lotte Hotel como recepción. ¿Por qué un hotel?, aquí en corea, se considera mejor casarse en un hotel que en un salón de fiestas, y siendo Jungkook el ahora CEO de la compañía de su padre, no podía darse el lujo de que mal pusieran su nombre.

—El novio está aquí— exclamó la recepcionista asomándose por la puerta haciendo que mi estómago se contrajera y me volviera impaciente.

Mis padres estaban allí a mi lado, pero aún así no podia dejar de sentirme inquieta, estaba agradecida de que hubiesen podido viajar desde tan lejos. Básicamente eran los únicos familiares en mi boda, además de Jin.

Finalmente la gran con puerta se abrió dándole paso a un Jungkook vestido de blanco, con el cabello ligeramente peinado hacía los lados dejando un simple pero mortal mechón en su frente. Mi impresión fue tan obvia y gigante, que mis manos dieron a parar en mi boca, sonreía como tonta, mientras Kookie caminaba galante hacía a mi.

—Buenas noches— exclamó para los otros habitantes en la alcoba, pero nunca apartó la mirada de mí.—Demonios...Luces como recién salida de un cuento de hadas— sonrió de la manera más tonta que pudiese existir.—Eres completamente perfecta

Sonrojada, le di la mano y evitamos besarnos ya que mamá insistió en que debíamos esperar a la ceremonia. No tardaron demasiado en venir otras chicas a decir que la ceremonia estaba próxima a dar apertura; en ello, llegaron Hoseok y la madre de Kookie, quien por cierto no paró de mencionar lo preciosa que lucía a pesar de ser un poco reveladora. Si bien la sociedad coreana es muy conservadora, este iba a ser el único día de mi vida que iba dedicado a mí y mi futuro esposo, ¿Por qué desaprovechar la oportunidad para ignorar todos aquellos mezquinos comentarios sobre lo que era apropiado o lo que no?.

Era un completo manojo de nervios, mis manos sudaban y temía incomodar a Jungkook con eso, mi estómago revuelto me causaba náuseas, mi inquietud hablaba por sí sola.

—Todo va a salir bien— susurró Koo acariciando mi mano con su dedo pulgar.—A menos que no aceptes— bromeó haciéndome reír.

Respiré profundo y exhalé con disimulo, apreté la mano de Kookie y nuevamente la chica entró avisando que la ceremonia estaba completamente lista, organizadamente, primero salió mi madre con Jin, luego la madre de Kookie con Hoseok y por último Jungkook. Mi padre se quedaría conmigo para llevarme al altar.

—¿Nerviosa?— pregunta dulcemente papá y sonrojada asiento.—Todo saldrá bien, recuerda que te amo— besa mi frente.

Pocos minutos después de que salieran ellos, salimos nosotros situándonos frente a unas enormes puertas de madera grisácea, observé a Jungkook un poco más al frente y él me sonrió; no pude evitar sentirme nostálgica por recordar como todo había iniciado con un simple "¿Bailamos, nena?", para que finalmente acabáramos a punto de casarnos. No creí que ese chico que a mi parecer era un intrépido, aprovechado y egoísta; iba a terminar siendo mi más grande delirio. La vida da muchas vueltas.

Still Whit You | JJK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora