EXTRA 2

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Había planificado esta cena para Bee desde hace dos semanas, fue complicado debido a nuestras agendas y nuestras hijas, pero finalmente estamos aquí.

—¿Por qué siempre nos atiende el mismo mesero?— me quejo.—¿No ve que eres casada?— bufo.

—Agh, es su trabajo Kook, deja de ser quisquilloso, no te voy a cambiar por un mesero, ni por el paciente Hwang, ni por el vecino Cha, y tampoco por tu primo Haru— se queja aunque un poco burlona.

El susodicho trajo la comida que ordenamos, me divertí hablando con Bea sobre el trabajo, y luego comenzamos a hablar sobre nosotros.

—A pesar de que no siempre tenemos tiempo para salir, creo que basta con tener tiempo para el otro— sonríe.—No me refiero a cocinarte, o lavar ropa y que me ayudes a hacer lo oficios de la casa; que por cierto haces muy bien— me halaga y gustoso lo recibo.—Te amo igual que la primera vez, y eso me llena de felicidad y satisfacción; el saber que estás ahí para mí no importa lo que pase— sostiene mi mano y veo sus ojos un poco húmedos.

–Oh...no llores cielo, también te amo y pienso lo mismo— sonrío para ella y aprieto su mano sin ser brusco.—Estoy y siempre estaré agradecido de tenerte—limpio la lágrima que recorre su mejilla.

El chico nos trajo una botella de champagne que ordené especialmente para Bee, era su favorita.

—La compré para ti—agito la botella y comienzo a verter el líquido en la alargada copa.—Disfrútala— la extiendo para luego servirme a mí.

¿Por qué no bebe?.

—¿Pasa algo?, ¿No quieres tomar?— me muestro preocupado.—¿T-Te sientes mal?—pregunto al verla un poco pálida y nerviosa.

—¡No es eso!— se ve apenada y agita sus manos como muestra de ello.—Es que...— respira profundo.— Yo quería decírtelo hace unos días— se ríe nerviosa.—Pero en realidad no sabía como y justo ahora tampoco sé como decirte que estoy embarazada— exclama tan rápido como puede y me quedo petrificado.

—¿E-Emba...Embarazada?— repito sorprendido sintiendo la palidez en mi rostro.—¿Otro bebé?— pregunto y dejo la copa sobre la mesa.

Ella asiente nerviosa.

Oh Dios mío, otro Jeon en la familia.

—Es culpa de tus métodos antiestrés— se queja cabizbaja y hace puchero.

Me río por primera vez.

—Oh por Dios, ¡Es lo mejor que me has dicho en toda la semana!—me muestro animado a pesar de haberme sorprendido.—Seremos padres de nuevo— repito tratando de comprender la situación, tomo su mano extendida sobre la mesa.—Hey, cariño, mírame

Sus orbes cafe con tonos verdes se posan sobre los míos.

—¿Por qué me lo dices como si fuera algo malo?— me río para darle confianza.—No importa cuantos hijos tengamos, y cuán desastrosos sean, te seguiré amando y a ellos también

Ella sonríe y nuevamente sus ojos se humedecen.

—Lo siento...estoy muy sensible últimamente— se disculpa limpiando sus ojos con sutileza.—Tenía miedo...acordamos no tener más después de Ji Y Ju...Creí que no te iba a gustar— se ve afligida y pronto me levanto.

Salimos a la terraza del lugar y parados en el barandal la tomé de las manos.

—Jamás me enojaría contigo porque vamos a tener otro bebé...Bee, ¡Te amo!, ¡Y amo que nuestra familia crezca cada vez más!, no quiero que vuelvas a sentirte de esa forma amor— acuno su rostro.— Te amo demasiado...jamás te pediría que hagas eso que imaginas en esa cabezota— me río apuntando su cabeza con el dedo índice.

—Lo lamento— musita mientras me abraza.

El silencio perdura unos segundos, nuestras respiraciones se conectan y siento como deja algunos suspiros al aire.

—¿Crees qué sea niño?

—Trabajé duro, no espero menos— elevé mis cejas y ladeé un poco la cabeza haciéndola reír.

—Corrección, trabajamos— exclama.

—¿Cuando lo supiste?— me muestro interesado.

—Hace 3 semanas— explica.—¿Recuerdas la indigestión?, pues no era indigestión— musita.— A decir verdad lo sospechaba, ya sabes...los síntomas son muy específicos— exclama y viene un pequeño flashback a mi mente del embarazo de las gemelas.

—Jungkook— musita Bea desde la sala.

—¿Si amor?— respondo desde la cocina viéndola pararse del sofá.—¿Bee?— repito al verla pálida.—Bea— exclamo más serio dejando la cuchara que tenía en la mano para acercarme rápidamente al ver que sus pasos seden.—¡Bea!.

Gracias al incidente, supo que estaba embarazada, claro que yo no entendía nada de eso, así que fue fácil caer en la mentira de "Tengo algunos valores bajos". Y lo peor, es que no fue lo único que sucedió.

—Oh demonios, me encantas—musito sobre sus labios desenredando nuestros labios unidos en un intenso beso.

Le arrebaté la ropa a Bea en un abrir y cerrar de ojos; nuevamente la tenía en bragas solo para mí.
Se sentó en mi regazo y sus caderas hicieron movimientos que pronto volvieron erecto mi miembro.

—Wo— exclamo al ver que se aparta bruscamente del beso.—¿Estás bien?— me acomodo mejor al ver que lleva su mano a la boca.—¿Cielo?

No recibí respuesta, en cambio, Bea se dispuso a ir rápidamente al baño donde fue inevitable obviar el hecho de que vomitó.

Y es justo lo que sucedió hace unos días, ¿Cómo no lo sospeché?.

—Kookienie, por favor, dale comida a Jukyo— me dice pero veo la palidez y el evidente malestar en su cuerpo.

—¿Qué tienes amor?, ¿Te sientes mal?— tomo el tazón de cereal que me ha dado y lo dejo sobre el mesón.

—Estoy bien solo...—pausa para insinuar que el vomito se aproxima.

No pudo hablar más, solo corrió al baño de huéspedes y no salió sino 10 minutos después.

Impresionante.

—¿Cómo reaccionará tu madre?— pregunta.

—Ya la conoces, estará feliz, ama los niños—la abrazo por el hombro y llevo mi mano a su vientre.—¿Cuanto tienes?— la miré estando de perfil.

—Un mes y medio— responde.

La giro con delicadeza y me pongo de rodillas.

—Hola hijo— me río.—Espero que seas niño, así podríamos jugar fútbol y te enseñaría Boxeo, tu madre y yo te esperamos ansiosamente pequeño, te amo— besé su vientre y volví a la posición inicial.—A ti también te amo, por hacerme tu novio, tu esposo, y el padre de tus hijos— pego mi frente a ella.— Te amo tanto— no me contengo de besar sus labios y nos separamos.

—¿Podemos volver a casa?, estoy un poco cansada— me dice y rápidamente asiento mientras volvemos lentamente.

—¿Cómo debería llamarse?, ¿Crees qué se parezca a mi?

—Pff, ¿Qué pregunta es esa?, pareciera que mi vientre solo sirviera de casa nueve meses y cuando finalmente sale ¡Bum!, es idéntico a su padre— musita y me río por su explicación.

—¿Crees que le guste la medicina?, ¿Le gustaría cantar?, ¡¡Ya quiero contarle a Jimin!!.

¿Quieren segunda temporada?.

Still Whit You | JJK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora