Los Ángeles También Lloran (ᴀᴅᴀᴘᴛ. ʏᴏᴏɴᴍɪɴ )

69

El matrimonio se encontraba en la habitación de su hotel, preparándose para el gran estreno de Jimin. Yoongi había acabado con antelación, así que le tocaba esperar a que Taehyung terminara de sentirse satisfecho consigo mismo. Estaba en el dormitorio, contemplándose en ese gran espejo que le devolvía la mirada con entusiasmo. Estaba realmente atractivo, con un traje rojo que se amoldaba perfectamente a su cuerpo.

—¿Se puede?

Taehyung se dio la vuelta y sonrió al verle entrar. Yoongi lucía una elegante camisa clara y unos pantalones de traje. Resultaba impecable y embriagador.

—Creo que ya estoy listo.

—¿Crees? Llevas un buen rato aquí dentro, cielo. No creo que puedas mejorar ni un ápice.

Sus miradas se encontraron en mitad del espacio, desprendiendo un encanto algo especial.

—¿Qué tal estoy? —preguntó Taehyung.

—Los vas a dejar con la boca abierta.

—No me estaba refiriendo a los demás, si no a ti. —Se ruborizó—. ¿Estoy lo suficientemente guapo para ti?

Yoongi sonrió tímidamente.

—No hay ni un solo momento en que hayas dejado de estarlo, pero ahora estás especialmente precioso.

Taehyung sintió la necesidad de sentirle cerca y no se lo pensó dos veces para abrazarle.

—Te quiero.

Yoongi se tensó ligeramente al escuchar esa declaración de su esposo, tan delicada y potente al mismo tiempo.

—Te quiero —repitió.

—Lo sé, Taehyung.

—Hace tiempo que no me lo dices.

Con delicadeza, Yoongi le acarició el mentón y enroscó su mano alrededor del fino cuello, posando sus labios en la oreja del menor.

—Te quiero.

Los ojos de Taehyung volvieron a brillar.

—Gracias por todo esto.

—¿A qué te refieres?

Taehyung le besó en la mejilla, complacido.

—Gracias por todo lo que haces por mí. Este viaje es lo mejor que puedo pedir. Tenías razón respecto a Jimin. Así puedo estar más tiempo con él. De verdad, no sé cómo puedo darte las gracias.

Yoongi le rodeó la cintura y lo atrajo hacia él.

—Me basta con verte sonreír cada día.

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Desde luego era un estreno esperadísimo, o eso era lo que parecía, ya que multitud de gente se encontraba por los alrededores del teatro, vestidos de forma elegante y mostrándose ansiosos por entrar. Dentro, el aspecto era el mismo, con todas esas innumerables filas de butacas llenas a rebosar. Era imposible saber el número exacto de espectadores, pero una cosa estaba clara: no cabía ni un alma. La estructura había sido sometida a grandes cambios, con reformas sutiles que conseguían darle el encanto deseado, con tapizados de colores vivos y balaustradas recién restauradas. Había adquirido un exquisito toque nuevo.

Haciéndose paso con ligeros toques y ruegos, Yoongi y Taehyung consiguieron llegar a la parte de arriba, al único palco que sobresalía por encima de la parte de abajo, lugar reservado para las personas importantes, cortesía de Hoseok. Allí también estarían algunos familiares y amigos del resto del elenco de actores.