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Un nuevo día amanecía en el campo. Después de las agujetas en el cuerpo debido a la escalada, todos necesitaban algo más relajado y apetecible. Taehyung encontró la solución perfecta después de dar un largo paseo. Volvió al claro donde se encontraban las casitas y dio la voz de alarma.

—Chicos, tenéis que venir. He visto algo que os va a encantar.

—¿Qué ocurre? —quiso saber Yoongi.

—He estado caminando por ahí y he encontrado un lago precioso.

Yoongi arqueó las cejas, consultando su reloj.

—Son las diez de la mañana. ¿Adónde has ido?

—No podía dormir y he salido a dar una vuelta. No había más que camino y árboles hasta que he llegado al final y he visto un montón de agua apetecible.

—¿Quieres ir?

—Quiero que vayamos todos —puntualizó.

—Por mí está hecho, pero antes desayunemos —apuntó Hoseok—. Necesito energías.

Mostrándose de acuerdo, hicieron lo propio en sus respectivas cabañas. Un buen desayuno les daría fuerzas. Sin embargo Jimin apenas había tomado nada, y mucho menos se encontraba dispuesto a ir a nadar. Tenía delante a su mejor amigo dispuesto a no permitirle pasarle ni una.

—Vas a ir —sentenció Hoseok.

—No tengo intención de darme un baño tan temprano.

—Eso no es excusa, Jimin. No me digas que tienes algo más interesante que hacer porque sería absurdo. Te sentará bien. Nos sentará bien a todos. A esta temperatura el agua tiene que estar estupenda.

Jimin gruñó por lo bajo.

—Puede que sí, pero eso no va a hacer que cambie de opinión.

—No puedes quedarte aquí solo.

—¿Por qué no? Ya soy mayorcito. No me pasará nada.

—Puede que no, pero si te quedas aquí vas a aburrirte —aseguró él—. Lo sabes.

—Me gustaría dormir un poco más. Sigo estando cansado.

—Ya dormirás esta noche. —Puso ojos de cordero degollado—. Vine aquí por ti, Jimin. Ahora no puedes dejarme solo con esos dos.

—Entonces no vayas a ese lago y quédate aquí.

—Lo haría, pero lo cierto es que me muero de ganas por darme un chapuzón.


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El lago era precioso tal y como había dicho Taehyung. Se extendía durante un buen trecho, y estaba escondido de todo y todos, agazapado entre miles de árboles de color verde que servían de parapeto. Soplaba un ligero aire, y el agua resultaba ser bastante clara. Debía de tener bastante profundidad, y el calor que comenzaba a aparecer resultaba ser el incentivo adecuado para sumergirse en ese lago salido de la nada.

Equipados con sus respectivos bañadores, los cuatro contemplaban la escena sobre el viejo muelle de madera, aún sin atreverse a dar el primer paso.

—¿No decías que querías bañarte? —masculló Yoongi—. Ya estás tardando en meterte en el agua.

Taehyung se encogió de hombros, incapaz de decidirse.

Los Ángeles También Lloran (ᴀᴅᴀᴘᴛ. ʏᴏᴏɴᴍɪɴ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora