El mundo le pareció injusto, cruel. Las mejores personas siempre acababan pagando por errores que no eran suyos, y esa vez Yoongi había pagado por su culpa. La desesperación lo consumía por dentro, y había experimentado los minutos más largos de toda su vida. La ambulancia había volado literalmente sobre la carretera, pero para él era como si el tiempo se hubiera detenido. Veía a esas tres personas moviéndose en la parte de atrás de la ambulancia mientras que su propia silueta permanecía en un rincón, aguantando las ganas de estallar y tumbarse junto a él. Parecía que Yoongi se mantenía estable, pero era debido al contacto con un montón de agujas, sueros y medicinas. Seguía con los ojos cerrados, así que al menos evitaba contemplar todo ese caos en un espacio tan reducido.
Al llegar al hospital todo el mundo unió sus fuerzas salvo Jimin. Fue el último en bajar y les siguió el paso pero de manera rezagada, dando tumbos y siendo el centro de atención de todas las miradas. Era lógico; estaba mojado, con heridas en las manos y en las rodillas, salpicado de sangre por la mayor parte de su traje e iba descalzo. Lo atendieron nada más llegar, pero por suerte no era nada grave. Preguntó por Yoongi, pero ya le habían metido en el quirófano. Ese maldito cristal había hecho de las suyas y la pérdida de sangre había sido imposible de calcular; lo peor era otra cosa: averiguar si el trozo de cristal había alcanzado profundidades insospechadas, abandonando de lejos la superficie corporal.
No podía ni mirarse a la cara, la escondía entre las manos. Sabía que todo aquello había sido por su culpa: si hubiera permitido que Yoongi hubiese ido con él, seguramente nada de aquello habría pasado, pero ya no se podía hacer nada para remediarlo. Lo peor estaba aún por llegar, porque todavía no se había puesto en contacto con su familia, sabiendo que ya estarían preocupados al no recibir noticias de ellos.
Convertido en un frágil hombre vestido con bata de hospital, pasó horas allí. Cuando finalmente tuvo las agallas de llamar a Taehyung, un médico se le acercó para informarle de que la operación de Yoongi acababa de finalizar. Se liberó del dolor en su pecho al escuchar de boca de ese hombre que estaba fuera de peligro.
—Gracias a Dios —susurró.
—No se preocupe. Hemos extraído el fragmento y cortado la hemorragia. No ha habido complicaciones.
—¿No ha alcanzado ningún órgano?
—Por suerte, no. La herida es profunda, pero los tejidos se regenerarán. Le quedará cicatriz, pero creo que eso no tiene mucha importancia.
Jimin asintió en silencio, llevado hasta el techo por su alma, que volvía a estar en paz.
—Creo que tendrá que agradecérselo durante mucho tiempo —comentó el doctor—. Si no hubiera sido por usted...
—Por favor, no lo diga —suplicó.
—Oh, lo siento. Estoy tan acostumbrado a lidiar con situaciones difíciles que me olvido de la sensibilidad de los familiares. —Se ajustó las gafas—. Pero dígame una cosa. ¿Fue usted quién le sacó del agua?
Jimin asintió con la cabeza.
—¿Y también realizó la reanimación? ¿Taponó la herida del costado?
—Sí. No había nadie más.
—Vaya... —dejó escapar, sorprendido—. Creo que ese hombre tiene un ángel de la guarda. —Inclinó la cabeza para indicar que se marchaba y se dio media vuelta para desaparecer por la esquina izquierda del pasillo, dejándolo sin aliento.
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Los Ángeles También Lloran (ᴀᴅᴀᴘᴛ. ʏᴏᴏɴᴍɪɴ )
Fanfiction❝ Los Ángeles También Lloran (Adaptación Yoonmin) ❞ ¿Y si la vida te diera una segunda oportunidad? ¿Lo arriesgarías todo por volver a ser feliz o renunciarías a tu mayor anhelo en favor de los demás? ¿Cuántas veces se puede querer? ¿Existe un único...