El sol estaba asomándose en el horizonte, anunciando los primeros instantes de la mañana, pero Yoongi llevaba un buen rato despierto. A decir verdad, no había podido dormir más de una hora seguida, intentando asimilar todo lo que se le venía encima. Y es que estaba resultando más complicado de lo que creía, aunque el conflicto era consigo mismo, por haber creído que el problema se solucionaría con casarse. No paraba de darle vueltas. ¿Cómo había sido capaz de creer que una alianza podría solucionar todos sus vaivenes emocionales?
Tenía miedo, estaba aterrado. Y Taehyung comenzaba a darse cuenta. Aún no sabía a ciencia cierta qué era lo que le ocurría, pero había detectado una minúscula alteración sobre la superficie. No quería ni imaginarse lo que sucedería si vislumbrase toda la extensión del iceberg que se escondía delante de sus confiados ojos azules.
Deseaba comenzar a tocar el piano de la habitación. Era como una droga depresora; le invadía el cuerpo y le ayudaba a relajarse. Estaba arrepentido de la discusión que había tenido con su esposo respecto a tener hijos. Se había comportado como un egoísta, profundizando en las inseguridades de él. Era lógico desestabilizarse; Taehyung tenía razón, era demasiado joven para pensar en algo como eso. Un intento suicida de convencer a un crío para que tuviera a otro.
La luz se coló tímidamente entre las persianas con el paso del tiempo. Yoongi había vuelto al dormitorio después de preparar el desayuno para ese precioso chico que seguía durmiendo plácidamente. Se sentó en el piano y, con suma delicadeza, comenzó a tocar en tonos agudos. La melodía era perfecta, capaz de sustituir al más plácido de los despertadores. Cada nota se filtraba en el aire con elegancia, y el sonido armonioso no tardó demasiado en llegar a los oídos de el menor, que comenzó a moverse lentamente, dibujando arrugas y surcos sobre las sábanas. Cuando por fin abrió los ojos, Yoongi dejó de tocar, con una fina sonrisa asomándose en los labios.
—¿Qué...? —susurró, aún con la boca dormida—. ¿Qué ocurre?
Yoongi se acercó y con cuidado le dejó la bandeja del desayuno en la cama.
—Buenos días, príncipe —saludó—. Aquí tienes el desayuno.
Adormilado, Taehyung se quedó mirando el vaso de zumo, el café caliente y las tortitas con nata que descansaban en la bandeja de plata. Después, miró atentamente a Yoongi.
—¿A qué viene todo esto?
—No podía dormir... —Torció el labio—. Sé que no te gusta que te despierten de esta forma, pero quería que comprobases por ti mismo que la música tiene su momento.
—Bueno, supongo que por hoy puedo hacer una excepción. —Se incorporó y recogió las piernas, rodeando las rodillas con los brazos—. Ha sido precioso.
—No tanto como tú.
Taehyung le cogió de la mano, clavando sus dulces ojos en los de él, inquieto.
—¿Va todo bien?
—Claro.
—¿Por qué haces todo esto? ¿Qué tienen que ver el piano, el desayuno en la cama y todas las palabras bonitas conmigo?
—Todo —susurró Yoongi—. Necesitaba pedirte perdón y no podía esperar más tiempo.
—¿Pedirme perdón? —Arqueó las cejas—. No tengo nada que perdonarte, cielo.
Yoongi no quería ceder. Estaba convencido en hacer lo correcto; lo que se suponía que debía hacer. No podía dejar que el pasado le dominase.
—A veces pierdo la cabeza y acabo diciendo cosas que no son verdad. —Suspiró amargamente—. Yo nunca he creído que seas un crío, Taehyung. Yo jamás...
Taehyung le cubrió los labios con el dedo, pidiendo silencio.
—Eso es agua pasada. Para mí no hay más que hablar. Si todo esto es por ese asunto te aseguro que no tienes nada de qué preocuparte. Nada ha cambiado para mí.
Yoongi se armó de valor para decir la otra parte. Quería confesar de alguna manera sus recientes ausencias mentales.
—No es sólo por eso. —Le acarició el pelo dorado—. Tenías razón cuando me dijiste que estaba ausente. No sé por qué ha podido ser, pero no me gusta que te sientas solo ni por un segundo. No puedo abandonarte y dejar que creas cosas que no son. —Sintió su pecho estremecerse—. Eres lo que más me importa en este mundo, y no podría soportar hacerte daño de ninguna forma.
—Yoongi, yo...
—Sé que esta no es la mejor de las maneras, pero no sabía qué hacer. Eres más fuerte de lo que crees y por eso precisamente me vuelvo loco sólo al imaginar que tengas que llevar el peso de esta relación tú solo.
Taehyung pareció quedarse embelesado con esas palabras. Estaba impresionado.
—Para tratarse de una disculpa, no ha estado nada mal —bromeó—. Creo que tenemos que pelearnos con más frecuencia.
—Sabía que te gustaría.
Se contemplaron en silencio durante un buen rato, olvidándose del resto del mundo, mirando a través de los ojos del otro, pero Yoongi aún permanecía demasiado afectado, sin saber disimular demasiado bien.
—Se acabó —susurró Taehyung—. Cambia esa cara. Todo está bien.
De repente, y como si nadie lo hubiera previsto, Yoongi comenzó a llorar, ahogando suspiros, y enjugándose las lágrimas lo más rápido posible.
—Yoongi... —dijo Taehyung, al darse cuenta de lo que pasaba.
—Lo siento es que no puedo evitarlo...
Con un hábil movimiento, Taehyung apartó la bandeja de la comida y atrajo a Yoongi hacia él, envolviéndole con los brazos y las piernas.
—Mi amor, no llores —susurró—. No llores...
Yoongi no decía nada. Era incapaz de articular palabra. Odiaba no reconocerse así mismo; sus planes de futuro se habían truncado por no poder olvidar el pasado, que lamentablemente estaba interviniendo en el presente.
—Me aterra cometer alguna estupidez que me haga perderte —logró decir.
Taehyung se estremeció al escuchar la voz tan sincera de su marido.
—No vas a perderme. Nunca pasará algo como eso. —Le sujetó la cara con las manos—. Sé que me quieres. Eso contrarresta todo lo demás.
—No es tan fácil. No puedo cometer un error tras otro esperando que me perdones. No está bien.
—No estás cometiendo ningún error, Yoongi. Desde que te conozco, lo único que has hecho es hacerme feliz. No tienes ni idea de lo horrorosa que era mi vida antes de que aparecieras. —Le besó en la mejilla, secándole del todo las lágrimas—. Contigo todo es diferente, y a tu lado los días merecen la pena.
—Pero...
—Si te consideras un error por darme los momentos más felices que puedo recordar, entonces eres el mejor error que he tenido en toda mi vida.
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Los Ángeles También Lloran (ᴀᴅᴀᴘᴛ. ʏᴏᴏɴᴍɪɴ )
Fanfiction❝ Los Ángeles También Lloran (Adaptación Yoonmin) ❞ ¿Y si la vida te diera una segunda oportunidad? ¿Lo arriesgarías todo por volver a ser feliz o renunciarías a tu mayor anhelo en favor de los demás? ¿Cuántas veces se puede querer? ¿Existe un único...