Se sentía completamente despreciable. Una cosa era ignorar sus intentos por llamar la atención y otra bien distinta era humillarlo. Había visto sus ojos; era incapaz de borrar esa imagen. Lo zarandeaba violentamente en un intento por devorar la realidad. Se lo había dicho muchas veces, pero temía que aquella se hubiera convertido en la peor.
Conducía silenciosamente el todoterreno. No lo había conducido desde hacía mucho, pero tenía la cabeza ocupada en otros pensamientos. Sin poder reprimirlas durante más tiempo, las lágrimas afloraron de sus esmeraldas y se derramaron por sus mejillas. Soltó un largo suspiro. Tenía la sensación de dar dos pasos hacia delante para luego retroceder uno más. No había salida, o al menos no poseía las cualidades para encontrarla. Se pasaba el tiempo intentando consumir su recuerdo y cada vez que volvía a verle esa mínima entereza forjada a su alrededor se desmoronaba estrepitosamente, haciendo aflorar sentimientos, que ni mucho menos eran viejos u obsoletos. Seguía sintiendo exactamente lo mismo o más aún; las caricias de Taehyung en él habían despertado en Jimin los celos, algo a lo que nunca creía que tendría que enfrentarse.
El camino se hacía duro. Después de pasar varias calles, curvas, interminables semáforos en rojo y multitud de pasos de cebra, logró salir a las afueras. Ahora la parte más difícil era la carretera. Seguía haciendo un sol espléndido en una tarde maravillosa, pero los baches y roturas seguían estando allí al acecho. Tenía las manos agarradas con tanta fuerza al volante, que los nudillos estabas completamente blancos. Los árboles se quedaban atrás a ambos lados del camino, centelleantes sombras alargadas y verdes convertidas en figuras zigzagueantes. El silencio se hacía insoportable, así que encendió la radio en un intento por hacer callar las voces que graznaban en su cerebro.
¿Qué debía hacer? Se sentía valiente y cobarde al mismo tiempo. Se había inventado una mentira para herir a Yoongi, pero a decir verdad no estaba demasiado conforme, pero quizás nada sería nunca lo suficiente si se trataba de olvidarle, porque cada terminación nerviosa y neurona de su cuerpo le suplicaban que no lo hiciera, porque aquel hombre constituía su dosis necesaria para la felicidad; su droga involuntaria, su reenganche a la vida. Estaba tan perdido que le daba igual el resto. Nadie, ni siquiera Hoseok, podrían entender jamás su relación. Iba más allá de la simple unión de pareja, era un vínculo irrompible, porque después de tanto seguían activos, por mucho que Jimin insistiera en negarlo. ¿Cómo podía mentir y decir que lo que sentía no era amor? Peor todavía, ¿cómo tener agallas para decir que ya no sentía nada?
El teléfono sonando inesperadamente lo sacó de su nube de pena. Parpadeó un par de veces y le echó un rápido vistazo a su bolso, colocado en el asiento del copiloto junto con su chaqueta. No le hacía falta cogerlo para saber quién era. Era evidente; más que eso, demoledor. Yoongi no era de ese tipo de personas que tiraban la toalla a la primera de cambio, no. Insistía hasta agotar todas las posibilidades, y desde luego quería seguir intentándolo al atreverse a llamarlo.
Fijó la mirada en la carretera hasta que el sonido se acabó. Suspiró de alivio. Quería apagarlo, pero para ello tendría que distraerse durante unos valiosos segundos o parar el coche, y no quería hacer ninguna de las dos cosas. Siguió conduciendo durante un buen trecho en el que todo el paisaje era monótono, aburrido y continuo. Un espesor verde y azul que se fundían en la línea que separa cielo y suelo.
Ahora era la radio la voz tediosa que empezaba a detestar, así que la apagó, quedando de nuevo sumido en el más cruel e imperioso de los silencios. Bajó la ventanilla y replegó sus lágrimas para sentir de lleno la brisa que se colaba por allí. Quería irse muy lejos, desaparecer de una vez por todas para que nadie lo encontrara. Pero no podía hacerlo. Era demasiado fácil o difícil, según cómo se mirase. Las palabras no servían para describir su fantasmagórico estado de ánimo, y la esperanza era algo que había acabado perdiendo a base de golpes y decepciones.
ESTÁS LEYENDO
Los Ángeles También Lloran (ᴀᴅᴀᴘᴛ. ʏᴏᴏɴᴍɪɴ )
Fanfic❝ Los Ángeles También Lloran (Adaptación Yoonmin) ❞ ¿Y si la vida te diera una segunda oportunidad? ¿Lo arriesgarías todo por volver a ser feliz o renunciarías a tu mayor anhelo en favor de los demás? ¿Cuántas veces se puede querer? ¿Existe un único...