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Jimin tenía el teléfono en la mano desde hacía un buen rato pero se sentía incapaz de marcar; temía que las palabras no pudieran salir de su boca. Obligándose así mismo, finalmente marcó el número de teléfono de su madre.

—¿Jimin?

—Sí, mamá. Soy yo —dejó escapar—. ¿Cómo estás?

Un suspiro se escuchó al otro lado de la línea.

—Oh, tesoro... Ahora mismo me encuentro mucho mejor. Estaba preocupada por ti. Hace semanas que no tenemos noticias tuyas.

—Lo sé —susurró Jimin—. Lo siento, mamá. He estado ocupado. Taehyung me envió un correo y bueno, pensé que lo justo sería que te llamara.

—Sí, cariño. Has hecho bien. Ya sabes lo obsesiva que puedo llegar a ser a veces —se disculpó—. Siempre estás tan ocupado...

Jimin no sabía ni qué decir. Aún seguía afectado por el cargante correo de su hermano.

—Bueno, te alegrará saber que estoy trabajando en algo nuevo; más inesperado y más... dramático.

—¿Si? Es genial, hijo. Me alegro mucho por ti.

—Sí... Tengo que trabajar mucho. Los ensayos son agotadores y últimamente no dejo de tener reuniones...

—Debes tomarte un descanso —apuntó Youngmi—. ¿Qué tal tu amigo Hoseok? Podrían salir por ahí a bailar o...

—Mamá...

—¿Qué? Sólo era una idea...

Jimin dejó escapar un largo suspiro. En ese momento no tenía la cabeza para bromas de ese tipo.

—No te preocupes por mí. A diferencia de lo que todos creéis, tengo una vida que va más allá del teatro.

—Bien —carraspeó—. A propósito, ¿cuándo vendrás a vernos?

Jimin se encogió de hombros, sorprendido.

—Mamá, hace apenas un mes que estuve allí...

—Lo sé, pero ahora que tu hermano tampoco está por aquí, la isla está muy cambiada y vacía. —Hizo una pausa intencionada—. Además, no falta mucho para mi cumpleaños...

—No intentes hacerme chantaje emocional —bromeó Jimin—. Tu cumpleaños no es hasta dentro de varios meses. No creo que sea precisamente la semana que viene.

—¿Al menos puedo contar con que me llamarás más a menudo?

Jimin asintió en silencio, tratando de convencerse a sí mismo en primer lugar.

—Claro.

—Espero que no sea simple palabrería. Ya sabes lo mucho que te quiero.

—Mamá, creo que deberías hablar con alguien que te ayude a superar el mal trago. Tus hijos son mayorcitos y alguna vez tenían que independizarse. Sabías que este día iba a llegar tarde o temprano, así que no te angusties. Nos veremos, ¿de acuerdo?

Su madre soltó otro suspiro tan característico.

—De acuerdo.

—¿Y papá? —preguntó de repente—. ¿Cómo está?

—Bien, la verdad. Como siempre. Un poco callado, pero supongo que eso está en sus venas... al igual que en las tuyas.

—Ya sabes que sí. Taehyung es tu réplica; yo tenía que parecerme a papá.

Los Ángeles También Lloran (ᴀᴅᴀᴘᴛ. ʏᴏᴏɴᴍɪɴ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora