Estás gritando y nadie puede oírte, salvo él; te sientes expuesta o desnuda, pero él te cubre y te sientes a salvo solo con él, que es casi vergonzoso de él sea tan importante en tu vida porque te sientes pérdida sin él. Crees que nadie puede entend...
Al fin llegué al aeropuerto John F. Kennedy, luego de 7 horas de vuelo desde Paris, bajé las escaleras del avión, me dirigí al auto que me estaba esperando, guardaron mis maletas y pedí que me llevaran a ver a mi padre, llevaba puesto una chaqueta gris Chanel, un par de tacones rojos Louis Vuitton, una blusa de manga larga y una falda de cuero negro Fendi acompañado con una pequeña cartera negra Dior, la abrí y saqué mi espejo para retocarme el labial rojo que llevaba puesto, mi tono favorito era Rouge pur couture Nº21 Paradoxe de YSL, me coloqué mis lentes negros Prada y traté de calmarme un poco, tranquila me dije mentalmente, solo es tu padre, claro que no lo vemos hace cinco años, pero solo es tu padre, Tony Stark, carajo estaba demasiado ansiosa, vi en mi reloj dorado Cartier que hacía match con la joyería Gucci que llevaba puesta, observé cuánto tiempo había pasado desde que baje del avión, había pasado poco, pero para mí era una eternidad, volví a abrir mi bolso y debatí entre tomar o no una píldora para calmar mi ansiedad, la cerré y decidí beberme un vaso de wiski del mini bar, el auto se detuvo, había llegado al famoso complejo de los Vengadores, al menos era mejor que vivir en una torre con tu apellido en letras grandes en ella, abrieron la puerta.
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- Bienvenida Srta. Stark – dijo Happy sonriéndome, me extendió la mano para ayudarme a bajar – estoy feliz de volver a verla.
- Happy – lo abracé – tenemos la suficiente confianza como para que me llames solo ___ ¿está bien?
- Está bien, ___, solo quería darles el ejemplo a los demás – se refirió a los otros trabajadores.
- Por favor, todos llámenme ___ – les dije, asintieron sonriéndome mientras bajaban mis maletas del auto – no quiero que me recuerden a cada rato que soy una Stark – le dije a Happy, él rio.
- Tu habitación ya está lista, lamento que tu apartamento no esté listo, pero tu coche ya llegó – me extendió las llaves, era un Porsche 911 GTS Cabriolet convertible rojo.
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- No te preocupes, Happy, hablé con la contratista dijo solo serían 4 semanas, no te veo desde mi último cumpleaños, cuéntame cómo has estado – le dije mientras caminábamos hacía dentro del complejo.
