T2 - Capítulo LXIV: No, tú

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- ¿Crees que las personas saben cuando morirán? – le pregunté a Steve mientras estábamos sentados en las bancas del lago.

- ¿Por qué lo dices, jolie?

- Es que ayer en la noche, sentí que Nat se despidió de mí – dije llorando.

******RECUERDO******

- Nat – dije ansiosa – creo que Steve tiene razón, yo debo quedarme aquí.

- Espera ¿Qué? ¿El cambio de horario te afectó?

- Es que tengo miedo ¿si arruino la misión? Literalmente la vida de la mitad de la vida universal está en manos de nosotros, yo no puedo con tanta presión.

- Linda – dijo sonriéndome amablemente – no tienes por qué temer, ni sentir presión, por esa mente brillante que tienes podemos tener esta oportunidad.

- No lo hice yo sola.

- Pero fuiste parte, es así como se cambia el mundo, uno es parte del cambio, eres brillante, mira todos los premios que has ganado, a mi no me gusta admitir que nadie es más inteligente que yo, pero tú lo eres.

- ¿A qué viene todo esto, Nat? – rio suavemente.

- No lo sé, solo siento la necesidad de hacerte recordar lo especial que eres, a veces lo olvidas y eso está mal, eres una mujer fuerte e inquebrantable.

- Si hubiera tenido una hermana mayor, me hubiera gustado que sea como tú – se conmovió y me dio un abrazo.

- Yo creí que ya éramos hermanas – dijo mientras seguía abrazada a ella.

- Junto a Yelena – ella seguía abrazándome fraternalmente.

- Las dos son unas pequeñas almas rebeldes – reí – si algún día no puedo estar con ustedes ¿me prometes que la apoyarás?

- Por supuesto, yo la adoro y creo que ella también a mí.

- De hecho, sí, ustedes son un gran dolor de cabeza, pero así las quiero.

- Y nosotras a ti, Nat, entonces es hora de ponerme mi traje.

- De acuerdo, iré a ver a Yelena y no olvides lo genial que eres.

- No lo olvidaré porque siempre estarás para recordármelo.

- Así no esté, recuérdalo, quizás algún día me vaya a un viaje muy largo y no podré decírtelo, pero solo cierra tus ojos y silba – la vi confundida – es algo que hacía con Yelena, así sabía que estaba bien – me dio un último abrazo – iré por Yelena, ya eres una Vengadora, no lo olvides – dijo sonriendo para salir de la habitación.

*******************

- Si hubiera sabido que sería nuestra última conversación, le hubiera dicho que ella también era genial – dije llorando, Steve secó mis lágrimas para abrazarme fuertemente.

- Créeme que ella también, lo sabía.

- Ya la extraño, Steve.

- Yo también, ella también era mi mejor amiga.

- Y la mía – dijo Clint a nuestras espaldas – perdón por interrumpir, pero te necesitan para terminar el guantelete – sequé mis lágrimas.

- Sí, es lo que Nat hubiera querido – dije para entrar con ellos al Complejo y luego ir al laboratorio junto a papá, Bruce y Rocket, después de un par de horas, el prototipo estaba listo, acomodamos las gemas con tecnología y de debatir quien chasquearía los dedos estábamos listos, Bruce se colocó el guantelete, Steve y papá me colocaron detrás de ellos para protegerme de cualquier anomalía que pudiera presentarse, Bruce chasqueó los dedos, le quitamos el guantelete rápidamente, el plan funcionó porque Clint recibió una llamada de su esposa, estábamos atendiendo a Bruce cuando cayó un disparo desde el cielo – EIFFEL, blinda el laboratorio subterráneo – dije mientras caía, pero los fuertes brazos de Steve me tomaron para protegerme con su cuerpo del impacto de la caída.

Feelings (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora