Capítulo XLIX: ¿Quieres jugar?

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- Buenos días, jolie – oí la voz ronca por las mañanas de Steve en mi oído, abrí los ojos de golpe, él estaba sonriendo ¿por qué tuve que hacer esto? Aunque debo admitir que suena demasiado sexy por las mañanas.

- Buenos días – respondí con la intención de pararme y cambiarme, pero me lo impidió.

- ¿Ya te arrepentiste? Te dije que esto pasaría, pero es mi culpa, el que piensa de más soy yo.

- No, todo está bien, en serio, solo quería un poco de café – dije para tranquilizarlo, cuando en realidad, quería salir corriendo porque no sabía cómo verlo, después de haberle visto todo lo que siempre quise ver.

- ¿Estás segura? – asentí – si querías café, solo tenías que pedírmelo, iré por él – dijo para pararse, tuve una buena vista del trasero de América, se colocó solamente sus pantalones e ir por mi café, yo me coloqué mi bata y traté de pensar en que todo esto estará bien, no quiero que nada cambie con Steve, sonó mi celular, era papá.

- Buenos días, Srta. Stark – dijo por teléfono, este día no puede ser más raro.

- ¿Papá, estás bien? ¿Te dieron hamburguesas en mal estado? ¿Te afeitaron mal el bigote?

- Tiene un gran sentido del humor, Srta. Stark, la llamó porque tengo su currículo en mis manos y es excelente – ¿qué se fumó? – Industrias STARK está interesada en usted, para el puesto de directora del Área Científica.

- ¿Esto es por lo de la MIT? Papá, en serio no tienes que hacer esto.

- Sí, lo es.

- Aquí está tu desayuno – dijo Steve en voz alta entrando, le hice una señal de silencio.

- ¿Es Steve? – dijo mi padre – ¿Qué hace ahí tan temprano y con tu desayuno? Dame un momento – lo oí correr – su cama está tendida – dijo alterado – ¿paso la noche contigo? V.I.E.R.N.E.S. activa el protocolo súper papá.

- Papá, tranquilízate, Steve sí se quedó, pero en la habitación de huéspedes y si me trajo el desayuno es porque es muy atento – mentí, Steve solo sonreía – además ¿qué cosas pasan por esa cabecita canosa tuya? Es Steve de quien hablamos, ósea cuando lo veo, solo me inspira a cantar el himno de los Estados Unidos, es demasiado correcto – recordé todo lo de anoche ¿dónde aprendió a hacer todo eso?

- Bueno, si sus manos no están congeladas, yo se las congelaré de nuevo – reí – solo quería decirte que te espero en el Complejo, princesa, tenemos mucho que hablar, llega en una hora, adiós – colgó.

- ¿Así que te inspiro a cantar el himno? – reí.

- Solo quería que se calmará, mejor vamos a desayunar juntos, quiere que lo vea en una hora, no sé qué piensa hacer, le conté que debía mudarme a Massachusetts – le dije mientras desayunábamos.

- Espera ¿te irás?

- Conseguí un puesto en la MIT, debo hacerlo.

- No te puedes ir, después de lo que pasó entre nosotros.

- Steve, no hagas eso, no quiero sonar a la mala, pero, por favor, no hagas eso.

- Pues es muy tarde, al principio, trataba de negar lo que siento por ti, pero cuando casi mueres, ya no podía negarlo más, te amo, jolie – dijo colocando su mano en mi mejilla.

- No, Steve, no puede ser posible.

- Lo es, ya no me da pena decirlo, te amo, no importa que seas tan pequeña porque eres mi pequeña – me paré.

Feelings (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora