Capítulo XXXIV: La chica de Spiderman

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- Buenos días, Sr. Osborn – entré a su oficina – dijeron que quería hablar conmigo.

- Sí, siéntate, por favor – lo hice – ¿Cómo estás después lo del Dr. Octavious? Vi que el famoso Spiderman te salvó.

- Sí, estoy bien, Sr. Osborn, pero sabemos que usted no es de interesarse por la vida personal de sus trabajadores, estoy segura de qué usted quiere preguntarme otra cosa, así que ahorrémonos esta falsa molestia – rio.

- Usted me agrada, ____, se parece a mí, pero bueno, quiero hablar sobre su proyecto, quiero invertir en el y sé que no habrá mejor oferta que la mía.

- Peter y yo aún no hemos conversado sobre ello.

- Pero podemos hablar sobre su fórmula de purificación, esa sí está registrada a su nombre.

- Tiene información de primera mano – dijo no tan sorprendida.

- Soy Norman Osborn, yo lo sé todo.

- Al parecer no la fórmula y seguirá siendo así hasta que no tome una decisión.

- Se está quedando quieta, perdiendo tiempo, pensé que era más inteligente.

- Soy inteligente, Sr. Osborn, además de intuitiva ¿sabe qué me dicen mis instintos? Que aún no tome una decisión, y que usted me está presionando demasiado, eso no me gusta, a veces hay que esperar, Sr. Osborn, hoy le tocó a usted – me paré – con permiso, seguiré trabajando – salí de su oficina.

- ¿Y esa cara? – me preguntó Harry.

- Nada, todo bien, bueno, hoy es tu último día como mi pasante.

- ¿Fui tan malo?

- Para nada, solo tienes que confiar en tus capacidades – le sonreí – ahora a trabajar – terminó mi horario laboral por lo que fui al estacionamiento y vi a Steve apoyado en mi auto – hoy no te llame, Capi Guapo.

- Lo sé, pero tengo que estar pendiente de ti – dijo alzando el periódico del día de "El Clarín", en la portada salía yo aferrada a Peter con letras grandes que decían "Spiderman salva a su chica, le roba la novia a fotógrafo" – esto atraerá mucho más la atención en ti, jolie, hablé con Peter, me quedaré contigo hasta que él vaya a verte, si el doctor Octavius quiso hacerte algo, nada dice que no lo intentará otra vez.

- Creo que están exagerando – dije subiendo a mi auto, hice que EIFFEL condujera.

- No es lo que creemos Tony, Happy, Peter y yo, solo déjate cuidar ¿de acuerdo, niña bonita? – dijo poniéndome ojos de Capi Guapo, hace algunos días que no me ponía esa mirada, solo asentí y miré al frente, llegamos a mi apartamento, me puse a ver películas con Steve hasta que llegó Peter, Steve se despidió de nosotros y se fue.

- ¿No creen que están exagerando un poco? – le dije.

- Claro que no, todos queremos que estés bien – dijo acariciando mi mejilla mientras estábamos recostados en mi cama – lamento haberte metido en este problema.

- Tú no me metiste en ningún problema, Pete, si te alejas de mí, si estaré en un problema – me sonrió y me besó.

- Hay que descansar – dijo para abrazarme.

A la mañana siguiente, Peter se fue solo un momento a su casa para cambiarse mientras yo hacía lo mismo, pero primero me di una ducha, usé una blusa blanca, un short a la cintura negro con detalles blancas, unos pumps negros, maquillé mis ojos en tonalidades cálidas y me apliqué mi labial, decidí usar el collar que me regaló Steve, lo combiné con un par de aretes de estrellas, cuando me coloqué el último arete, sentí vibrar mi apartamento, caminé hacia la terraza y fui envuelta por los tentáculos del Dr. Octavius.

Feelings (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora