T2 - Capítulo C: La aventura más grande de nuestras vidas

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- Tan directa como siempre – me dijo Steve sonriendo – pero primero hay que comer, la noche está fresca y el cielo estrellado como nos gusta.

- De acuerdo – empezamos a comer, luego de que terminamos nos recostamos sobre la manta para mirar las estrellas – sabes esto me hace recordar mucho a esa noche.

- Cuando te besé por primera vez – respondió, sonreí, volteé a verlo – es que lo hice con esa intención, además estamos en el mismo lugar – tenía razón.

- ¿Y por qué estamos aquí?

- Porque no te pedí la mano como se debe.

- Steve, si lo dices por el anillo, no es importante – él sacó una caja de Harry Winston – mon Dieu, Capi Guapo, te debió costar demasiado.

- Pues, digamos que hace algunos años, hubo alguien que me pagó innecesariamente por cuidar a una angelita, yo se lo quise devolver, pero dijo que ya había salido de su chanchito – reí – así que ese dinero se quedó ahí por mucho tiempo y estuve esperando la oportunidad perfecta para usarlo – abrió la caja, era un hermoso anillo con pequeñas piedras y una roja central – no puede ser que seas mi prometida y no lleves un bonito anillo ¿puedo? – puse mi mano sobre la suya para que él colocara el anillo.

-        Pues, digamos que hace algunos años, hubo alguien que me pagó innecesariamente por cuidar a una angelita, yo se lo quise devolver, pero dijo que ya había salido de su chanchito – reí – así que ese dinero se quedó ahí por mucho tiempo y es...

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- Es hermoso, me encanta, además adoro que tenga algo de rojo – sonreí – pero en serio, no era necesario, con tu palabra me bastaba ¿sabes cuantas pueden decir que serán la Sra. Rogers? Ninguna, solo yo y me encanta – me acerqué para besarlo, sus manos fueron bajando hasta mi cintura para pegarme más a él.

- Ya pasó el tiempo de abstinencia – dijo agitado – hay un lugar esperándonos en El Plaza – reí.

- Entonces ¿Qué esperas? Necesito al Capi Travieso entre mis piernas – rio.

- Vamos a hacer que veas estrellas, jolie – dijo para pararnos e ir al Plaza, Pepper se iba a quedar con Amelié y Zaniah hasta la hora que volvamos, no quisimos quedarnos toda la noche como siempre porque Zaniah aún estaba pequeña.

Llegó el día de la boda, estaba nerviosa y feliz al mismo tiempo, quería que todo saliera perfecto porque me estaba casando con mi hombre perfecto, Nat estaba ayudándome a ponerme el vestido.

- Nat ¿el vestido está ajustado? Es que siento que no puedo respirar bien – dije respirando algo agitada.

- Linda, solo estás nerviosa, tranquila todo saldrá perfecto, respira pausadamente – me dijo Nat – te ves hermosa – le sonreí.

- Yo tengo un mejor método – dijo Yelena – tequila – exclamó, sacando una pequeña botella – lo tomé de un mini bar de un hotel al cual fui de vacaciones con Bucky.

- Bueno, no le daré de lactar a Zaniah por toda una semana – dije – así que, dámela – abrí la botellita y me la bebí.

- Esa es mi chica – dijo Yelena feliz.

Feelings (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora