T2 - Capítulo XCI: Familia

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Fui despertando poco a poco, estaba en una habitación volteé hacia un lado y observé sobre la mesa de noche una foto mía con Harry, esta no era su habitación de su apartamento en Manhattan, de hecho, la habitación tenía varias fotos de ambos y mías, parecía una escena sacada de una película de terror, rápidamente me asomé por la ventana, estaba trabada, definitivamente no estaba en New York, fui hacia la puerta para tocarla varias veces ya que estaba con llave.

- ¡Harry, abre la maldita puerta! – gritaba varias veces mientras golpeaba la puerta hasta que mis brazos ya no tenían más fuerza, debía mantenerme calmada por mi bebé, no quería que le pasara nada, debo admitir que aceptar aquel vaso de agua no fue muy brillante por mi parte, pero en mi defensa, yo pensé que Harry jamás llegaría a este punto, de hacer algo contra mí personalmente, definitivamente tenía algo que atraía a los locos hacía mí, salvo por Steve, él siempre será el hombre más bueno y decente, espero poder encontrar la forma de volver con él y Amelié, con mi familia y amigos, Harry no puede tenerme aquí por siempre, se abrió la puerta, entró Harry con una fuente de comida.

- Ya despertaste, cariño – debía dejar de ser tan impulsiva y pensar, pensar como Nat, hacer que me de lo que quiero – debes estar hambrienta, pedí hamburguesas con trufas, tu favorita – me extendió la bandeja.

- ¿Cómo sé qué no tiene nada esa comida? – le pregunté.

- ¿Cómo qué?

- Algún sedante o hasta veneno – él rio.

- Jamás querría matarte, cariño – se acercó a mí – tú y yo estaremos juntos hasta que la muerte nos separe, nos íbamos a casar ¿lo olvidaste?

- Prefiero comer algo que me haya preparado yo misma ¿dónde está la cocina? – dije calmadamente, él me veía detenidamente.

- No lo creo, puedes buscar la forma de querer huir, eres muy traviesa, come.

- Primero pruébalo tú – le dije, él sonrió, tomo los cubiertos y cortó un pedazo de la hamburguesa para metérselo a la boca junto a una papa, debí darme cuenta que era un loco al verlo comer una hamburguesa con cubiertos porque quien rayos come una hamburguesa así, que ni pongan excusa de que para no ensuciarse para algo existen las servilletas, el agua y el jabón.

- ¿Ves? Sin sedante y sin veneno – volvió a extenderme la bandeja, empecé a comer, no es mi culpa, es cuando estoy nerviosa suelo tener demasiada hambre, además estoy embarazada, como por dos y comprobé que no tiene ningún ingrediente secreto.

- No estamos en tu apartamento de Manhattan – le dije mientras comía.

- No sería tan tonto para llevarte ahí, es el primer lugar donde nos buscarían.

- Tampoco estamos en New York, ya conozco a esa ciudad como la palma de mi mano.

- Siempre envidié tu memoria fotográfica – dijo sonriendo – no, cariño, no estamos en New York efectivamente, estamos en Suecia, en Estocolmo, compré una casa aquí, nuestra casa ¿se nota?

- Bueno las fotos me dicen algo – rio, ahora solo debía saber en cual de las 14 islas estaba, pero debía ser cuidadosa, tengo que hacer que él confié en mí – bien, Harry ya estamos en Suecia ¿qué sigue?

- Criar a nuestro bebé juntos – maldito imbécil, grité en mi mente – es una buena ciudad, estoy seguro que nuestro bebé también tendrá algo de científico, después de todo entregan el premio Nobel aquí.

- ¿Y Amelié?

- Que se la quede Steve, se llevan bien ¿no? Todos ganamos – realmente quería golpearle la cara.

Feelings (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora