Capítulo VII: Sonó mal

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- Hija ¿Podemos hablar? – dijo Tony entrando.

- Ahora, estoy muy ocupada, Tony – contesté fríamente.

- Ojalá que cuando regresemos de comer, sigas aquí, linda – dijo Nat.

- Espero lo mismo – dijo Steve viéndome fijamente para luego irse con Nat.

- De verdad, lo siento hija, no quise decirte todas esas cosas horribles – me empezó a hablar mientras seguía empacando – tú eres lo más valioso que tengo – dijo parándose frente a mí – eres mi princesita ¿lo olvidaste?

-        De verdad, lo siento hija, no quise decirte todas esas cosas horribles – me empezó a hablar mientras seguía empacando – tú eres lo más valioso que tengo – dijo parándose frente a mí – eres mi princesita ¿lo olvidaste?

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- Tú fuiste quien lo olvidó – le dije viéndolo a los ojos – pero eso ya no es algo que me importe porque con el tiempo aprendí que para qué ser la princesa de alguien, cuando puedo ser mi propia reina.

- Eres tan fuerte y decidida como tu madre – me sonrió – te pareces tanto a ella, lamento haberte alejado de mí.

- Muy tarde, Tony.

- Lo sé, me he perdido tanto de tu vida, soy el peor padre del mundo.

- Dime algo que no sepa – dije mientras guardaba mi última prenda – he dejado algunas cosas vendré por ellas otro día – bajé la maleta que estaba encima de la cama.

- ¿en serio te irás? – dijo Pepper entrando a la habitación junto a Happy, me volví a colocar mi abrigo y mis botines.

- Sí – cogí otra maleta de mano y la acomodé como pude encima de la de ruedas, tomé otra de ruedas para dirigirme hasta la puerta.

- Pensé que te tendría más tiempo por aquí – me dijo cuando pasé por su lado.

- Lo siento, Peps, pero debo irme de aquí ¿Happy podrías ayudarme con lo demás?

- No porque no quiero que te vayas – lo miré como diciendo "por favor" con la mirada, suspiró resignado – te acompañaré hasta dónde te quedarás.

- Gracias Happy – empezó a coger mis valijas.

- Dime ¿Qué tengo que hacer para te quedes? – dijo Tony.

- Nada – caminó y se puso frente a mí.

- En serio lo siento, quédate, por favor.

- No sé para qué quieres que me quede ¿no dijiste que desde que volví solo te he fastidiado la vida?

- No quise – lo interrumpí.

- Tu fastidio se va y esta vez no tienes que mandarlo lejos porque se va solo – caminé hasta el ascensor, subí las maletas a mi auto, Happy bajó unos minutos después con algunos trabajadores con mis maletas y las acomodaron en mi auto – no es necesario que me acompañes, estaré en el Plaza cuando llegué te llamaré, sé qué siempre tienes trabajo y no quiero retrasarte.

Feelings (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora