Feelings (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)

T2 - Capítulo LXXVIII: Ella no miente

Después de mi pequeña conversación con Steve, volví a entrar a la fiesta, estuve un momento más hasta que decidí pedir un taxi e irme a mi apartamento, me disculpé con Yelena y Bucky, era incómodo tener a Steve frente a mí, estando sola.

Se cumplieron las dos semanas, hoy por la tarde llegaría Ami del campamento, estaba ansiosa por verla, la había extrañado demasiado, todos los días su supervisora me informaba que estaba bien, pero al regresar hoy, pude hablar con ella por teléfono. Salí temprano del trabajo para alistar todo para recibirla, iríamos a almorzar todos, estaba esperándola, sonó el ascensor, era Steve.

- ¿Qué haces aquí? – le pregunte acercándome a él – debes irte, tengo algo importante qué hacer.

- ¿Por qué no respondes mis correos?

- Sabes muy bien por qué.

- ¿Es por tu amante? – ¿cuántos episodios de mi vida me perdí?

- ¿De qué hablas? Yo no tengo ningún amante.

- Yo te oí hablar con alguien por teléfono en la mañana a las afueras de tu oficina, le dijiste "me muero por verte, mi amor, no tienes idea de cuánto te he extrañado, cuando llegues haremos todo lo que quieras" – escuchó mi conversación con Amelié y la malinterpretó.

- Te aseguro que no tengo ningún amante, así que guarda tu Tarzán interior y ve a golpearte el pecho a otro lado, que realmente sí estoy ocupada.

- Si no hay ningún amante, necesito que hablemos – miré la hora, ella estaba por llegar.

- No tengo tiempo, Steve, debes irte ahora – le dije algo nerviosa, quería que se vaya antes de que llegue Amelie con Morgan.

- ¿Por qué? Te conozco ¿Qué ocurre?

- Nada, solo quiero que te vayas de una vez – oí el sonido del ascensor, ya era tarde.

- ¡Mami! – dijo feliz corriendo hacia mí, la recibí entre mis brazos y la abracé para cargarla.

- ¿Cómo está mi pequeña campista?

- Bien – le sonreí y besé su mejilla.

- ¿Y Morgan?

- Con Happy y papá, iremos por los abuelos para ir a almorzar.

- Ok, ma petite étoile, ve a cambiarte de abrigo – la bajé.

- No combina con los zapatos – me respondió.

- Esa es mi niña, mami se siente orgullosa de ti – le sonreí.

- ¿Quién es? – preguntó viendo a Steve.

- Alguien quien ya se va, ve por tu abrigo.

- Capitán América – dijo emocionada reconociéndolo, él le sonrió.

- Sí, jolie – le dije, qué incomodo llamarla así delante de Steve – pero ya se va y tú ve por tu abrigo.

- De acuerdo – fue saltando a su habitación.

- Ya entendiste que es hora de que te vayas, Steve.

- ¿Tuviste una hija con Harry?

- Así es – dije mintiendo.

- Hay algo que no encaja aquí ¿cuántos años tiene? Parece algo grande como para tener cuatro o tres.

- ¿Para qué quieres saber? – salió – Ami, ve bajando.