Cap 34. Hela

174 47 3
                                    

No sabía que Estani tuviese novia.

Y mucho menos que estuviese saliendo con Linda.

Porque era ella, ¿verdad? Pelirroja, piel clara y cubierta de pecas al igual que Jimmy, que nos había dicho que habían ido a por copas y no habían vuelto, así que Pao y yo habíamos decidido ir a darles el encuentro para pedir las nuestras también mientras Nicki se abalanzaba a los brazos de él como una babosa enamorada.

En cuanto Estani nos advirtió, se separó de Linda de inmediato. Me sentí mal por haberlos interrumpido y los dedos de mi amiga clavándose en mi espalda conmocionada por lo que acabábamos de presenciar me estaban molestando más de lo normal. Qué le gustaba estar presente en situaciones como estas. Llevé la mano atrás y le agarré el dedo para torcérselo; soltó un gritito de dolor. Sonreí incómoda al acortar la distancia entre nosotros y, tras una breve presentación en la que vocalizamos nuestros nombres, Linda desapareció con la mirada gacha para volver a la mesa con los demás.

—Qué calladito lo tenías —vociferó mi amiga por encima de la música.

—¿Qué dices? —inquirió Estani cortante y me miró a mí como si esperase a que yo dijera algo.

Luego, volvió a buscar a Linda entre las personas que nos rodeaban.

Volví a ampliar los labios inquieta sin saber qué aportar a esa conversación sin sentido y me abrí paso hacia la barra para cumplir con el cometido por el que habíamos soportado los pisotones de la multitud al atravesar el pub. No me importaba demasiado que nos hubiera ocultado que tenía novia, aunque me había tomado mi tiempo en revisar si el rojo de los labios de esa chica estaba sobre los de él. A decir verdad, tampoco es que nos lo hubiera ocultado o tuviese la obligación de contarnos su vida personal. Nunca habíamos mencionado el tema y —caí en la cuenta— los chicos tampoco sabían lo mío con Max.

Qué más da. Deja de darle vueltas, Hela.

En la barra me impulsé hacia delante para que el camarero me oyese, pero Pao se adelantó y pidió tres chupitos de tequila con limón. La miré de soslayo con cara de querer matarla porque ya podía oler sus intenciones de emborracharnos antes de medianoche y me enseñó el dedo que le había torcido. Me dirigí a Estani para reunir quejas y se encogió de hombros como si ya no hubiese nada que hacer.

—¡A la mesa y adentro! —gritó la morena malinfluencer del grupo una vez nos sirvió los chupitos.

Así lo hicimos. El tequila me recorrió la garganta dejando una quemazón placentera y no pude evitar sonreír. «Salgamos y así te olvidas del capullo ese» me había dicho Pao por bajini después de que Nicki saltase de la silla al recibir el mensaje de Jimmy. Me había sentido un poco ridícula al entrar en el pub con el atuendo que había vestido ese día —exclusivamente— para ir a la biblioteca a estudiar. Qué más daba ya.

Unos dedos largos y fríos se anclaron a mi cintura y me hicieron pegar un salto. Era Burbuja con dos coletas que se acababa de coger, pegó su cara a la mía y reconocí la sonrisa de súplica que llevaba plasmada en la cara.

—¿Y si seguimos el plan en tu casa? —me murmuró al oído y siguió antes de que pudiese poner pegas—: Venga, va, porfa. Allí tendremos más intimidad, podríamos comprar cervezas de camino y pasar un buen rato con tus juegos de mesa.

—No tengo juegos de mesa.

—Pero Estani sí, me lo ha dicho Amadeo.

—Ese maldito renacuajo —espetó Pao, que había metido la oreja para enterarse de todo.

—Díselo a Estani —le ordené y me hizo caso al instante.

Se apartó de mí, se alzó poniendo las manos en los hombros de mi compañero de casa y le preguntó algo al oído que él aceptó sin dudar. Cruzamos la vista para compartir una de esas miradas cómplices que tanta gracia nos solía hacer y él, en lugar de mirarme a los ojos, bajó la vista a la parte inferior de mi rostro y la apartó al instante para volver con los chicos.

©Amor por Causalidad I (APC) (COMPLETA) FINALISTA WATTYS2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora