Hacía casi media hora que habíamos pedido pizzas a domicilio porque teníamos el tiempo justo para comer, relajarnos y ensayar antes de la audición. Aparté la guitarra después de enfundarla a la esquina del salón junto al bajo y las partituras y salí al jardín, donde Amadeo se fumaba un cigarrillo y Jimmy despejaba el humo agitando las manos. Habían sacado sillas plegables, cogí una para mí y me dejé caer exasperado por la tensión de volver a enfrentarme a aquel escenario. Tenía ganas de que llegase el momento para hacer la audición y relajarme de una vez por todas, y al mismo tiempo deseaba que las manillas del reloj se detuviesen para no tener que subir al escenario. Presentarnos de manera profesional ante cazatalentos me ponía de los nervios.
—Espero que hoy rindas al cien por cien, amigo —indicó Amadeo como si se tratase de una amenaza.
Jimmy me observó con un atisbo de confusión y, luego, a él.
—¿Por qué no lo haría? —inquirió inocente.
El grandullón de rizos se hizo el tonto, exhaló una bocanada de aire esperando a que yo resolviese las dudas de nuestro amigo y lo hice sin problema alguno:
—Porque trasnoché con Hela —espeté—. No me importa que hables del tema delante de él, no pretendo ocultarle nada a Jimmy.
—El caballero que tienes aquí delante se quedó dormido cogidito de la mano de Hela hasta las tantas —expuso sin miramientos y se carcajeó fumando de su cigarro como si fuera un anciano rememorando viejos tiempos.
—¿En serio? ¿Tenéis algo?
—Confianza —contesté adelantándome a los posibles comentarios de Amadeo.
—Y una mierda —comentó aun así.
—Estoy con Amadeo.
Dejé de masajearme la cabeza para despeinarme desesperado por el marrón en el que me había metido y me recompuse echándome la melena hacia atrás. Si iba a dejar de mentirme a mí mismo, también dejaría de mentirles a ellos. Comprobé que las chicas siguieran tumbadas en el sofá compartiéndose vídeos y charlando. Estaba claro que no podían enterarse de nuestra conversación. Miré el cielo despejado y me preparé para formular la confesión. Qué difícil me resultaba.
—En mi defensa diré que yo no la busqué —dije antes de nada—. Me fui al salón a reflexionar y ella fue más tarde a por un vaso de agua.
—Y una cosa llevó a la otra —indicó Amadeo.
—Déjate de otra porque no ocurrió nada.
—Bueno, sigue, tío —me pidió Jimmy, parecía que le estuviese contando un culebrón.
—Da igual —suspiré y volví a despeinarme con más fuerza—. Tengo sentimientos encontrados hacia ella.
—¿Encontrados?
—Me atrae mucho, pero sé que no debería por la relación que tienen nuestros padres.
—Tío, no sois hermanos —aclaró Jimmy como si yo no lo supiera.
—El problema es la madre de Hela. Es demasiado estricta —le explicó el grandullón—. Apuesto lo que sea a que se tomaría a la tremenda que salieseis juntos.
—Cortaría su relación con mi padre.
—¿Ves?
Amadeo le dio una última calada al cigarro y dirigió todo el humo al pelirrojo, que se levantó de un respingo con una mirada ofendida.
—¡Tío, que me asfixias! Maldita sea, voy a arrugarte los cigarrillos.
—No serás capaz.
Comenzaron a forcejear, a hacerse cosquillas y a pegarse pellizcos con malicia en los brazos. Uno lloriqueaba y el otro se rompía a carcajadas. Que no le diesen una importancia exagerada al tema me alivió, en parte pensé que se comportaban así por esa misma razón. Sonreí y solté el peso de los pensamientos que llevaba cargando más tiempo del que recordaba. Entonces, Amadeo me cogió desde atrás y Jimmy preparó los dedos para hacerme sufrir.
—¿Y la conclusión es? —me interrogó Amadeo con un tono de picardía.
—Ya os lo he dicho, me atrae.
—Creo que miente —sugirió el otro cabeza hueca con ganas de lincharme a cosquillas—. Cambiaría ese «me atrae» por un «estoy coladísimo».
—Estoy contigo. Nuestro colega nos ha mentido, Jimmy. Se merece un castigo.
Intenté deshacerme de los agarres de Amadeo; me resultó imposible. Apreté los labios para no gritar de la risa provocada por los dedos de mi amigo y terminé haciéndolo con más fuerza. Reía, gruñía, me quejaba y volvía a reír. Quería matarlos, pero sobre todo los quería, y mucho. Cuando me habían torturado hasta hacer que se me saltasen las lágrimas, Paola salió al jardín y nos avisó de que la comida había llegado.
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©Amor por Causalidad I (APC) (COMPLETA) FINALISTA WATTYS2021
Romance❤️FINALISTA WATTYS2021❤️ Ninguno imaginó que una coincidencia en el pasillo de la universidad cambiaría para siempre sus vidas. Hela Luna, una joven que apenas se ha dado tiempo para descubrirse a sí misma por las exigencias de su madre divorciada...