Cap 60. Hela

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—¿Ves cómo yo no tenía la culpa? Se te debió caer cuando te asomaste al acantilado —se justificó Jimmy con un semblante de impotencia.

—Seguro que se me aflojó el nudo cuando jugamos en la playa —dijo ella asomándose al precipicio para avistar la pulsera.

—¿Y de eso tengo la culpa?

—¡Sí porque el nudo me lo hiciste tú! —siguió discutiéndole.

Paola, Estani y yo nos mirábamos consternados. Queríamos detener esa discusión sin sentido, pero no sabíamos ni qué decir para que Nicki se tranquilizara y dejase de buscarle las cinco patas al gato. La tenía tomada con Jimmy. El pobre chico apretaba los puños con los ojos vidriosos y resoplaba nervioso una vez tras otra. Se aproximó a la barandilla y volvió a suspirar. Nuestra amiga lo observó de reojo con rabia y dijo con un tono amenazante:

—¿Piensas bajar para recuperarla?

—Es peligroso, ¿quieres que me mate?

—Es tu culpa, hubieses hecho el nudo más fuerte.

—Yo... Nicki, sabes que tengo vértigo.

—¿En serio te estás excusando?

No la reconocíamos. No soportaba seguir escuchando cómo lo trataba. Se estaba pasando y él tenía razón, era demasiado peligroso que descendiese por el acantilado solo para recuperar una pulsera de mierda que podíamos volver a comprar. ¿Qué mosca le había picado? Di un paso al frente para detener aquella tontería, pero Estani se adelantó:

—Bajaré yo.

—No, Estani. Es culpa de...

—No es culpa de nadie —la interrumpió—. Tu novio tiene vértigo y yo no, así que asunto solucionado.

Una punzada me atravesó el pecho, si le pasaba algo a Estani por los caprichos tontos de Nicki... Solté el aire contenido porque no quería decir algo de lo que me arrepintiese luego, y me limité a pegarme todo lo posible a la barandilla por si Estani necesitaba ayuda. A por él sí bajaría, a por la pulsera de Nicki no.

Saltó las barras de madera y se aferró al suelo de la caseta hasta que tocó con los pies un punto de apoyo, un saliente de tierra endurecida. Después, trató de encontrar sujeción en pequeñas rocas incrustadas en la pared del acantilado y, justo cuando estaba a unos centímetros de la pulsera, uno de sus pies resbaló. Tuvimos que hacer un esfuerzo por ahogar el grito de impresión. La tierra dura que había por debajo de Estani descendió con fuerza arrastrando la pulsera al mar y enseguida todos nos tumbamos en el suelo de la caseta para extender los brazos por si podíamos ayudar a subir a Estani, excepto Nicki, que se alejó horrorizada poniéndose en lo peor. No volví a respirar tranquila hasta que él se impulsó con fuerza y puso su vida a salvo tras cruzar de nuevo la barandilla. En cuanto pisó el suelo, lo abracé con un gruñido.

—¿Eres tonto? No vuelvas a hacer algo así.

—Jamás me habría caído, Hela —mintió con una sonrisilla de alivio mientras me acariciaba la cabeza.

Me aparté para dirigirme a mi amiga y conté hasta diez.

—Tú tampoco vuelvas a hacer algo sí.

—Hela, lo sien...

—Te prohíbo que vuelvas a ponernos en peligro por una mierda de pulsera, ¿te enteras? —continúe con rudeza.

—Para mí no era una mierda de pulsera.

Pensé en contar hasta treinta porque diez segundos no me bastaban para evitar que le dijese que a mí sí me parecía una pulsera de mierda que no valía el disgusto que nos había dado ni el peligro al que había expuesto a Estani. Sus ojos desprendían un brillo de ilusión que me enfermaba. Seguro que pensaba que Jimmy era patético por tener vértigo y que Estani era un príncipe azul por haberse arriesgado. Me temblaban las manos, las piernas y el cuerpo entero. Entonces, apareció Amadeo esbozando una gran sonrisa y eso fue lo único que me distrajo de la rabia que sentía hacia la persona que tenía enfrente.

—¡Eh, amigos! ¿Nos pegamos una ducha y vamos a echarles un vistazo a las audiciones de hoy? —vociferó desde lejos saludándonos con los brazos levantados.

Al final, no le dije nada más a Nicki. Me alejé de ella para volver junto a los demás e «ignoramos» lo que acababa de ocurrir por el bien del grupo. El resultado del capricho de Nicki fue perdernos el atardecer en aquel punto mágico y una vuelta a la casa rural casi en silencio por la tensión que se había generado entre nosotros.

©Amor por Causalidad I (APC) (COMPLETA) FINALISTA WATTYS2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora