Me desperté con los párpados hinchados y ni rastro de la resaca que me había ganado a pulso. El tacto de mi manta favorita y no del edredón de la cama me devolvió a la realidad. ¡Había dormido en el sofá! Me había prometido quedarme con Estani hasta que alguna señal como oírlo roncar me tranquilizase lo suficiente para irme a la cama y pudiera conciliar el sueño en condiciones. Sin embargo, despertarme revoleada en el sofá me indicaba que no había cumplido mi palabra. Observé el alrededor con cautela, avergonzada por todo lo ocurrido la noche anterior y sin saber muy bien qué decir tras compartir sofá con un chico cogidos de la mano. Eso sin mencionar que nos habíamos «duchado» juntos. ¡Hasta le había secado el pelo! Bueno, pensé que ese tipo de gestos serían normal entre familia; ahora lo éramos de verdad. Nunca había tenido hermanos, tener uno de la nada me parecía super emocionante. Me incorporé con temor a sufrir los efectos de la resaca y no fue así.
—Buenos días, osito —me saludó Estani, que estaba en la mesa del comedor tecleando en un portátil, y el pulso se me disparó.
—¿Me he perdido algo?
Se señaló sus propias ojeras y recordé por qué me había llamado osito. Osito panda, para ser más específicos. No soportaba ser la última en levantarse, di un bote y pegué los pies al suelo frío. Qué gustazo.
—¿Cómo estás?
—Genial —contestó con una sonrisa sincera.
—Dime que es temprano, por favor —le supliqué.
La hora me importaba tanto como cambiar de tema para que él no sucumbiera a los sentimientos del día anterior.
—Las dos de la tarde.
—No puede ser.
Me tapé la cara con ambas manos, exasperada, y me incliné pidiéndole al universo que diese marcha atrás unas cuantas horas.
—Es coña, no te habría dejado dormir tanto. Son las diez y cuarto.
Lo miré a través de una abertura entre mis dedos y conté hasta diez para no matarlo.
—¿Quieres desayunar? He hecho tortitas.
—¿Y los sándwiches? —pregunté de manera automática.
Los busqué, pero no estaban en la mesa. Ni rastro de ellos.
—Me los comí antes —confesó.
—¿Y las tortitas? —Esta vez no preguntaba dónde, sino por qué.
—Supuse que me quedaría con hambre —mintió. ¿Podía mentir peor? Me reí, se le notaba a kilómetros de distancia. Esperé y él supo que yo estaba esperando—. En realidad, las hice para compensarte por lo de anoche.
—Detesto las tortitas.
—¿En serio? —inquirió con un gesto de decepción y se levantó de la silla—. Está bien, te haré lo que quieras.
—¿Me harás lo que quiera? —me cachondeé.
Estani abrió los ojos sorprendido y me arrepentí al instante. No debía utilizar mi humor con él como hacía con mis amigas. Al menos, hasta que me conociese mejor. Parecía que estuviésemos flirteando, no era así. Me lo prometí en silencio. Me aclaré la voz y sonreí.
—Era broma, idiota.
—Es la revancha por lo de ayer, ¿eh?
—Tu nueva hermanita es así todos los días, tendrás que acostumbrarte.
Anduve hasta la cocina, cogí un par de tortitas con las manos y me las comí a bocados. No me lo había esperado al despertarme, pero me sentía cómoda, mucho más en confianza tras haberlo soportado durante media madrugada de borrachera. Abrí la puerta corredera que daba al jardín y me senté en el escalón para que el sol me diese de pleno. Estaba llena de energía, súper animada y no me preocupaba que el gilipollas de Max no me hubiese vuelto a hablar.
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©Amor por Causalidad I (APC) (COMPLETA) FINALISTA WATTYS2021
Roman d'amour❤️FINALISTA WATTYS2021❤️ Ninguno imaginó que una coincidencia en el pasillo de la universidad cambiaría para siempre sus vidas. Hela Luna, una joven que apenas se ha dado tiempo para descubrirse a sí misma por las exigencias de su madre divorciada...