Muerte y culpabilidad.
El ambiente en la sala de reuniones era jodidamente tenso. Se podía cortar con una tijera. Todos nos mirábamos de reojo, me mantenía a un lado de Daniel, la reunión fue de imprevisto.
Todos estábamos presentes, pero Khan siempre era el que llegaba tarde a todos lados.
Estaba en su oficina mucho antes que todos, pero claro, nadie le impone nada al señor manda más.
Lo miré de reojo cuando entró con Rebeka a su lado. Sus gafas la hacían ver más intelectual, pero la forma en la que miró a todos con burla solo me decía que nada bueno vendría de esta reunió.
Dirigí mi atención al recién llegado y éste no miró a nadie.
—Llega cuando quieras —le dijo Ronan de mala gana.
—Por supuesto, ni que te deba dar explicaciones de mi vida —respondió éste con desinterés absoluto.
Apreté los labios, era más que obvio el odio entre ambos, y el ambiente se había puesto tenso por completo ante ese intercambio de palabras.
Daniel fue el primero en comenzar a hablar sobre los documentos de asociación y contrato, yo no tenía idea absoluta de eso, así que dejé que él se hiciera cargo de ello.
Khan se mantuvo con el móvil en toda la reunión, sin prestar la más mínima atención o interés. Ronan lo acribilló con la mirada por todas las dos horas que duró la reunión, y Khan lo retaba con la mirada.
Daniel se retiró a mitad de reunión cuando lo llamaron y me mordí el labio, impaciente cuando no volvió por un largo rato.
—Solo se requieren algunas firmas tuyas Kassia, y de Khan también —pidió el abogado de ambos viceministros.
—Necesito a Daniel para eso —dije, pero él sacudió la cabeza —. Él estará por regresar seguramente.
—¿Necesita a alguien para firmar? Tiene sus dos manos aquí —se mofó la viceministra con desagrado, la miré de lado, sin interés.
—Y si quieres conservar las tuyas en su lugar, cierra la boca —le riñó Khan de mala gana.
—Ten más respeto —le dijo el viceministro León, Khan apretó los puños y golpeó la mesa.
—No respeto a las ratas de laboratorio como ustedes dos —se jactó con hastío.
—¡Respeta o procuraré que se te quite de la presidencia! —gritó la viceministra.
—¡Ni con toda la poca vida que te queda podrás sacarme de mi lugar! —le devolvió el grito Khan. Todo esto se comenzaba a volver una enredadera de discusiones. Me llevé las manos al cabello con frustración.
—Señores, por favor, mantengan la calma —pidió Lilly —. Khan, ni siquiera es momento para tu agrasividad.
—Mejor cierra la boca —le dijo Rebeka —. Es tu jefe de estado no tu amigo.
—¿Y tú quien rayos eres? Solo una diputada de cuarta.
Rebeka se rió y sacudió la cabeza.
—Suficiente, ¿sí? O la reunión se acaba aquí y ahora —demandé —. Iré por Daniel.
Me puse de pie y abrí la puerta, dispuesta a ir por él. Salí de la oficina, pero no di más que tres pasos antes de que un disparo a mi lado me dejara parpeljica por completo.
—Kassia —susurró Daniel, volteé a verlo.
—Daniel —corrí hacia él pero me empujó cuando una segunda bala le atravesó el corazón —. ¡No!
ESTÁS LEYENDO
Dulce Condena [+21]
Science FictionÉl era una bestia. Ella era un castigo. Khan Wagner no era bueno. No era el tipo de hombre al que deberías acercarte para algún tipo de relación. Era sádico, frío y perverso. No le importaba el bienestar de nadie más que el de sí mismo. Líder de lo...