La bailarina exótica.
Khan.
Tres años después...
La sangre cayó por mi boca cuando el hijo de puta frente a mi me dio con el puño, me pasé el dorso de la mano por la boca y me le fui encima, rompiéndole la cara a puñetazos.
Hasta morir.
Lo miré cuando trató de apuñalarme con una navaja, lo cual, era trampa. Se la quité y la arrojé a un lado, no necesitaba armas cuando podía usar mis puños. Le rompí el pómulo derecho de un puñetazo, se quejó de dolor y eso solo fue satisfacción para mis oídos.
Cayó al suelo y le di con el pie directo en la cabeza, el ruido de sus huesos sonando fue más que claro cuando me enderecé y él se desplomó sin posibilidad de moverse.
Todos gritaron y aplaudieron, mi propósito de vida era esto: la muerte, las peleas, el rubro de la sangre era mi legado, y siempre será así.
Bajé de un salto de la jaula y me relamí los labios, sintiendo el gusto metálico de mi propia sangre. Me fui a mi oficina y me di una ducha de agua fría, cuando salí me encontré a Blade mirando a través del ventanal de mi oficina. Giró y me arrojó unos papeles sobre el escritorio.
—¿Qué mierda es esto?
—Propiedades de Ronan, están a nombre de la hija, Elaine.
—¿La mataste ya?
—Estoy en eso, aún debo deshacerme de su patético esposo —encendió un cigarrillo, lo miré fijamente, no me bajó la mirada como todos los hacían —. ¿Qué carajo quieres?
—Nunca dura nadie en tus manos cuando de asesinar se trata. Por tu maldito bien espero no te líes con esa cría, Blade.
—Con mi puta vida hago lo que me salga del culo. Si no quiero matarla no lo haré.
—¿Acaso te tiembla la mano, pedazo de mierda? El que con el bastardo con el que esté sea tu hermano no significa nada, así que mátalo al menos a él.
No dijo nada. Era patético que no haya matado a su hermano, Blade es de los que ataca sin dudar. Si no lo mata él lo haré yo, pero era consciente que cada uno con su mierda, a mi me quedaba Frederic, hasta ahora no me ha molestado, pero por supuesto no olvidaré lo mierda que hizo mi vida junto a Evan.
—El cargamento acaba de llegar —dijo Blade, me fui con él hacia la bodega donde estaba lleno de todo tipo de bebidas tóxicas, venenos y armas. Le puse la contraseña a la puerta y la armería se hizo presente ante nuestros ojos.
—¿Las ensayaron? —pregunté, los cinco hombres me miraron y luego entre ellos.
—No, señor.
—¿Las compraron sin ensayarlas antes? Malditos incompetentes —tomé una Glock 19 y le di directo en la pierna a uno de ellos, cayó al suelo, tomé un subfusil mp5 y le di directo en el torso al hombre en el suelo. Blade se quedó de pie, con las manos en los bolsillos de su pantalón —. Ustedes cuatro van a ensayarlas, si una no funciona los mataré a todos.
—Mira que soy un hijo de perra pero tú sobrepasas todos los límites. Necesitas que alguien te folle, consíguete una mujer.
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Dulce Condena [+21]
Science FictionÉl era una bestia. Ella era un castigo. Khan Wagner no era bueno. No era el tipo de hombre al que deberías acercarte para algún tipo de relación. Era sádico, frío y perverso. No le importaba el bienestar de nadie más que el de sí mismo. Líder de lo...