Elián Roger y amenazas cara a cara.
—Señora, su café —Eleonor me entregó mi café de cada mañana apenas bajé las escaleras, se lo agradecí y me metí a la sala, me encontré a Khan en uno de los sofás, con su iPad, no tenía ganas de verlo a la cara realmente, pero ya había entrado a la sala.
Tome asiento frente a él, dejando la taza sobre la mesita de centro, encendiendo mi laptop.
Sentí su mirada puesta en mi y me removí, rascando mi cuello con frustración. ¿Por qué rayos me miraba?
—¿Qué? —le pregunté.
—Los ojos me los dieron para ver, no te creas que te miro, cría.
Rode los ojos. Un rato era puro fuego sexual, y al otro una mierda andante. Tan lindo como siempre.
Revisé las notificaciones de mi laptop, algunas eran de la casa presidencial. Una llamada entrante me desconcentró por completo. Era de un número desconocido. Me puse de pie al reconocerlo.
Era él; mi medio hermano.
Khan me miró con el ceño fruncido ante mi reacción.
—¿Quién te llama?
Lo miré.
—Creo que es el sujeto que mató a Lucy...—se puso de pie enseguida, arrebatándome el móvil a las malas.
—¿Qué quieres, Elián? Preséntate tú y déjate de enviar a tus peones, jodido cobarde —le riñó, me quedé mirándolo cuando mencionó su nombre —. Ten los putos huevos de mostrar tu cara, porque el día que te saque de tu escondite, maldita rata, te destrozaré.
Colgó y miró su móvil cuando sonó.
—¡Mierda!
—¿Qué sucede? —le quité el móvil cuando no me lo quiso mostrar y vi una fotografía de Rose. No.
—No, la tiene —le dije y salí rápidamente del penthouse, pero Khan me tomó del brazo cuando quise subir a mi auto —. Suéltame.
—No hagas una mierda, eres muy impulsiva, cría —gruñó.
—No me interesa, no sé que quiera, pero se está metiendo con mi núcleo porque a ti no te puede herir con nada —me solté de su agarre y abordé mi auto, saliendo del aparcamiento. Mierda, era obvio que quería joderme, y mi núcleo de personas que quería era grande. Presioné el acelerador a fondo, saliendo hacia la carretera.
Mi móvil comenzó a sonar de nuevo y vi el número desconocido. Lo tomé y respiré hondo.
—¿Qué quieres?
—Al fin solos, hermanita. Debo admitir que papá supo dejarte bien asegurada con ese hombre —se rió y apreté el volante con fuerza —. No pierdas la concentración, hermanita y conduce, ve por tu secretaria, tampoco es alguien que te ha de interesar mucho, como Elaine Pierce, ¿o me equivoco?
Mis huesos se congelaron apenas la mencionó, pese a los problemas que hemos tenido, ella seguía siendo alguien importante en mi vida.
—Dime que es lo que buscas de mí, Elián —gruñí.
—Veo que conoces mi nombre, es bueno, dejaremos las presentaciones de lado una vez nos conozcamos —se mofó, sentía la rabia acumularse en cada molécula de mi cuerpo y no podía concentrarme en el camino —. Concéntrate, Kassia, mira al frente que tu muerte solo será mía.
Eso me recordó a Khan y su prometedora destrucción hacia mí, pero éste me estaba jodiendo a muerte.
Oí el quejido de dolor de Rose y apreté los dientes.
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Dulce Condena [+21]
Science FictionÉl era una bestia. Ella era un castigo. Khan Wagner no era bueno. No era el tipo de hombre al que deberías acercarte para algún tipo de relación. Era sádico, frío y perverso. No le importaba el bienestar de nadie más que el de sí mismo. Líder de lo...