|| Capítulo 83 ||

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Estado crítico y plan enemigo.


Amy.

Me mordí las uñas, nerviosa por completo. Mierda, si la maldita se moría Ava también lo haría y todo el plan de que volviera se iba a ir por el caño.

Papá llamó a los médicos enseguida y la atendieron, llevarla a un hospital era peligroso, pero si necesitaba cirugía nosotros no podíamos hacerla e iba a morir. A mi me daba igual que lo hiciera, pero no a mi papá.

Me miró furioso cuando salió de la habitación, tenía un golpe en el labio que le había dado Kassia.

—Carajo, Amy, estás en malditos problemas—me amenazó.

—Solo quise ayudarte, casi te mata.

—¡Cállate! Le hubieses disparado en la pierna o en el brazo no el maldito abdomen —gruñó, me tomó a las malas de la barbilla y me miró —. La vida de Ava está en juego, está en las peores manos, y eso no te importó.

—Quizá ya no me importe —escupí y me dio una bofetada, retrocedí, tocándome el labio ensangrentado.

—Cuidado con lo que dices, Amy, te juro que si dejas que la influencia de Kassia en ti funcione, te mataré —me amenazó y nunca lo había escuchado decirme algo así, era mi papá. Apreté los puños a cada lado de mi cuerpo, rabiosa.

—Siempre la quisiste más a ella que a mí.

—Ava piensa bien las cosas antes de actuar, tú no, eres inestable y muy débil —bufó, se pasó una mano por la cabeza, yéndose.

Había tomado varias actitudes de mi tío Evan, siempre quiso ser mejor que él, pero nunca pudo y ahora lo imitaba hasta en los gestos.

Miré la habitación de reojo y me fui a la mía, encerrándome el resto del día. La entrega iba a ser hoy, pero era obvio que Bean y los demás no se iban a quedar quietos, si nos encontraban, estábamos muertos.

Me di una ducha rápida, pasando alcohol por mi labio dañado. Miré a mi gato maullar en mi cama y le acaricié el pelaje, era muy parecido al de Kassia, cuánto más pudiera hacerla sufrir, mejor para mí.

Bajé a la cocina, dándome una vuelta. Papá salió de su despacho en la hora de la cena, lo miré de reojo, pero él no me dirigió la mirada. Le salvaba la vida y me odiaba a muerte.

—¿Sabes algo de Kassia? —le pregunté una vez tomé asiento a su lado en la mesa.

—Pudieron sacarle la bala, pero necesita atención médica profesional —apretó los puños y me miró mordazmente —. Por ahora, está estable, pero no sé por cuanto, así que en unos días la voy a intercambiar por Ava.

—¿Tú crees que van a dejarla ir fácilmente? —le pregunté.

—Debe, es un trato.

—Estoy segura de que ese sujeto alto era Khan.

—Es Blade, solo que quiso intimidar el imbécil, quieren jugar con nuestra cabeza —bufó —. Por eso no eres buena en este rubro, Amy. Debes pensar como piensan tus enemigos, si no te tomarán desprevenida.

Suspiré, quizá tenía razón y era Blade, así que me callé un rato, cenando en silencio.

Miré a mi papá de reojo.

—¿Y tú corroboraste que Khan estuviese muerto? —le pregunté.

—Mis hombres me dijeron que efectivamente murió, así que tenemos el camino despejado —comentó, le dio un mordisco al filete y pensó unos segundos —. Con Khan fuera del camino, Manhattan es nuestro, para hacer y deshacer.

Dulce Condena [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora