Confesiones bruscas y lazos rotos.
Vi de reojo a Kassia retorcerse de dolor por su hombro, no llevaba cabestrillo, pero su hombro seguía malherido. Sus dientes se apretaron con dolor al mover el brazo.
—Sigue así y te lo amputarán —le dijo Rebeka, ella la miró y le echó un vistazo a su prima inconsciente en la silla. Bean le ajustó una venda en la herida, no la necesitábamos muerta.
—¿Por qué la tienen aquí? —preguntó en dirección a mí.
—Por asuntos personales —respondí.
—Es mi prima, la hija de Benjamín.
—Si sabes que su padre está vivo, ¿no? —espetó de mala gana Rebeka, ella la miró de reojo sin inmutarse a como le habló la pelirroja.
—¿Y ella que tiene que ver? Ni siquiera sabían quién era si yo no les decía —bufó —. Además, siempre vas por lo más débil o lo que crees débil. Creíste que era Amy, pero no era ella.
Me dijo a mí. Me encogí de hombros, desinteresado. Me importaba nada a cuál tuviéramos, solo que la de Miami era más accesible, su paradero fue fácil de hallar, pero veo que todo fue una trampa.
—Si mi tío sabe que lo están buscando e hizo un intercambio con sus hijas es porque planea algo —espetó la cría. Se volvió a tomar el hombro herido y se alejó unos pasos —. Él va a venir a Manhattan, si es que no está aquí ya.
Blade llegó con Elaine y arqueé una ceja al ver a la rubia. Dirigió su atención a Ava Roger y luego a nosotros.
—¿Qué hace ella aquí? —le reñí a Blade de mal gana.
—Me siguió —se jactó éste.
—¿Es la hija de Benjamín? —preguntó Elaine —. ¿Por qué la tienen aquí?
—Oh, lo que nos faltaba —dijo Rebeka —. La hijita de papi, quítala de aquí, Blade, es lo mejor que puedes hacer.
—Cierra el hocico, perra —le devolvió la rubia.
Lo que menos necesitaba era esta mierda ahora, pero las malditas se enfrentaron.
—La hija de Ronan Stone, ¿cierto? —preguntó Bean y ella lo volteó a ver.
—Si, ¿y tú quién eres? De algún lado sé que te conozco.
Bean apretó los dientes con hastío.
—Sí, de cuando te rompió la cara de perra que te cargas sobre el ring años atrás —se mofó Rebeka y se burló —. Dudo que lo olvides, fue el primero en cerrarte la boca.
Elaine miró a Bean, éste no dijo nada. Tanto Evan, Ronan y Benajmín nos hacían pelear sobre un ring para diversión de ellos y no importaba si con mujeres. Bean peleó con Elaine años atrás y la golpeó o el golpeado iba a ser él.
—Muestra tu horrenda cicatriz que tienes en la mandíbula del puñetazo que te dio —le dijo Rebeka. Kassia miró a su mejor amiga, sin decir nada, seguro que nunca le dijo nada de eso.
—¿Peleas para tu padre en contra de tu voluntad? —le preguntó.
—Eso no es así…
—¿Por qué mierda lo niegas, joder? Me exaspera que pongas las putas manos en el fuego por ese miserable —estalló Blade que hasta ahora se había mantenido en silencio —. ¡Recobra la puta consciencia y abre los jodidos ojos de la mierda que es tu padre! ¡A ti podrá bajarte las estrellas, pero a mí me bajó al infierno!
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Dulce Condena [+21]
Science FictionÉl era una bestia. Ella era un castigo. Khan Wagner no era bueno. No era el tipo de hombre al que deberías acercarte para algún tipo de relación. Era sádico, frío y perverso. No le importaba el bienestar de nadie más que el de sí mismo. Líder de lo...