Encuentro sangriento y huida al bosque.
No tenía cabeza para nada, no podía pensar con claridad después de todo lo sucedió. Tampoco teníamos un paradero de Rose, y eso solo me llevaba a las palabras de Khan en su oficina: Elián iba a matarla y tenía las manos atadas.
El agua fría de la ducha caía sobre mí, mis pensamientos eran confusos y mi cabeza estaba hecha un completo nudo.
Maldito Manhattan.
Maldito Khan.
Malditos hombres.
Golpeé la pared con los puños, dejándome caer hasta el suelo. Quería acabar esta mierda e irme de Manhattan, no quería estar más aquí. Volver fue mi perdición.
Escuché mi móvil sonar y lo ignoré, el mundo podía irse a la mierda por un rato, no es como si me necesitaran del todo. Podían resolverse sin mí.
Salí de la ducha después de una hora y me envolví en una bata, decidí venirme a casa de mi papá, siempre que me alejaba venía aquí. Era mi lugar seguro, donde nací y crecí.
Había dejado a Dark en el penthouse y debía ir por él.
Miré mi móvil cuando volvió a sonar y vi que era una llamada de Elaine, fruncí el ceño y le contesté enseguida.
—Elaine.
—Kassia, es Rose, me dieron...un...un...
—¿Qué pasa Elaine? —me preocupé, tocaron el timbre de la casa y bajé rápidamente.
—No atiendas, no...
Abrí y alguien me tomó de los hombros, empujándome dentro, el móvil se me cayó al suelo y mi cabeza se dio contra el piso.
—Kassia —la voz de Elaine se volvió lejana, una bota negra pisó el móvil y lo rompió. Me tomaron del cabello y me dieron un golpe en el rostro.
—El señor Roger le envía sus saludos, viceministra —dijo alguien enmascarado.
Señor Roger.
—¿Benjamín?
—Así es —quiso darme otro golpe, pero detuve su mano y le di con el pie, entraron tres sujetos más y de reojo a mi seguridad masacrada.
No.
Otro problema más.
—Quiere a su hija de vuelta, o usted, señorita, acabará muy mal en las próximas veinticuatro horas —iban todos enmascarados, sin dejarse ver el rostro —. ¿Dónde la tienen?
—Díganle a Benjamín, que su nenita, será comida para perros —escupí, me dieron un golpe y retrocedí, escupí la sangre y sonreí —. Así como mató a mi papá, así morirán sus dos hijas. Va a sufrir tanto como yo.
Me pasé el dorso por la boca y los miré a los cuatro.
—Muy bien, ¿la escuchó, señor? —dijo el que parecía ser el jefe, tenía un intercomunicador —. Como diga usted. Muchachos, habrá que hacer un esfuerzo y sacarle el paradero a las malas.
Subí las escaleras rápidamente y cerré la puerta de mi habitación, oí los golpes y bajé por la ventana, arrojándome a la piscina. Las balas rozaron mi cuerpo, pero ninguna puso darme. Salí del agua y corrí hacia la salida de la casa que daba a un callejón.
Vi la cerca y salté sobre el basurero para poder cruzar al otro lado, la bata me pesaba por el agua y el golpe que me dieron en la boca me dolía de solo moverla.
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Dulce Condena [+21]
Ciencia FicciónÉl era una bestia. Ella era un castigo. Khan Wagner no era bueno. No era el tipo de hombre al que deberías acercarte para algún tipo de relación. Era sádico, frío y perverso. No le importaba el bienestar de nadie más que el de sí mismo. Líder de lo...