|| Capítulo 27 ||

2.2K 109 1
                                    



Amo y verdugo.



Después de retirar a mi gato de la tina y limpiar todo me di una ducha en otra habitación, envuelta en la sangre de mi pobre mascota que sufrió una consecuencia que no debió. Apreté los puños, dejando que el agua se llevara la sangre por la cañería. Me enfadaba, el hecho de que quiera controlarme a base de amenazas o asesinando a mi gato.

Jamás daría el brazo a torcer y darle el maldito lujo de verme de rodillas ante él, años atrás me vio mal, pero jamás volvería a ser así porque me jodió al ver esa parte de mi. Aprovechó mi vulnerabilidad y me encerró por tres años en un internado.

Khan Wagner era la persona más sádica y perversa que he conocido en mi vida, pero sé que ésto apenas comenzaba, y me faltaba mucho por ver de ese hijo de puta.

Apagué el grifo y salí del baño, me envolví en una toalla y me fui a mi habitación, tenía algo de ropa aquí, opté por mi pijama. Me arrojé a la cama, mirando un punto fijo de la pared frente a mi.

El móvil me desconcentró cuando comenzó a sonar, lo tomé y vi una llamada entrante de Adrien.

Le respondí después de unos minutos de insistencia.

—¿Qué quieres?

—He tratado de comunicarme contigo desde hace una semana. Supe de tu ataque en la casa presidencial, quería saber si estabas bien, por eso vine hasta tu casa.

Me puse de pie y me asomé por la ventana, lo vi en la entrada, alzó la mirada en mi dirección y me saludó.

—Estoy bien como verás —le respondí.

—Déjame pasar, ¿si? Quiero verte, y hablar contigo. ¿Qué cambió de la noche a la mañana?

—Ya bajo.

Le colgué y bajé para decirle a mi seguridad que le de acceso, entró y me miró, dirigió su atención a la gasa de mi sien.

—Joder contigo, Kassia —me abrazó y rozó mis labios.

—No, Adrien —lo aparté y asintió.

—Lo siento. Creí que te había pasado algo peor, no respondiste a mis llamadas. ¿Es por lo de la otra noche? Papá es un sujeto...realmente complicado.

—Si, da igual, Adrien —me encogí de hombros, tomé asiento en uno de los sofás y me imitó.

—Te vi en las noticias, dijeron que eran dos atacantes —comentó, asentí —. ¿Sabes quiénes eran?

—No, los enviaron, y es obvio que fue alguien de adentro, pero de verdad paso de hablar de nuevo de esto, quién haya intentado matarme se le hizo difícil —bufé. No dijo nada más al respecto y se me quedó viendo de reojo —. ¿Estás bien tú del brazo?

—Si, digamos que ese...idiota me escogió al azar y me disparó para quitarme después el pase VIP —bufó.

—Khan, lo sé.

—¿Lo conoces?

—Si, es el contratista militar de la casa presidencial.

Dulce Condena [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora