|| Capítulo 67 ||

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Culpas y lamentos.

Khan.


La cría se mantuvo por alrededor de una semana solo yendo a trabajar y volver al penthouse, donde trajo a mi secretaria con ella. No era algo que me agradara, ni tampoco a ella, por eso al cuarto día se fue a casa del padre de la cría.

Después de lo del club todo ahí se había convertido en un caos. Kassia le había disparado en las bolas a Ben y le disparó a casi toda la seguridad de todos mis socios, sin titubeo, sin miedo. Cosa que me hizo ver a otra Kassia completamente diferente a la de siempre.

Había matado sin un ápice de remordimiento, pero si lo hizo para saber el paradero de su amiga, imagino que era capaz de todo por saber quien la había matado.

A mí me sabía a mierda sus cosas, no tenía cabeza para nada que no sean mis problemas y en este momento tenía muchos como para ver los suyos.

Me salí de la piscina llena de hielo, siempre congelaba el agua para mis músculos. Tomé una toalla y me fui hacia dentro, encontrándome a la cría en la sala, con ropa negra de chándal. Iba con una copa de vino en la mano y la mirada perdida en el suelo.

—Supéralo, en este mundo muertes nunca faltan —le dije, ella no volteó a verme para insultarme o algo.

—Mataron a mi papá, por meses lo vi agonizar —comentó mirando sus manos—. Mataron a Daniel frente a mí, viéndolo agonizar. Y ahora, matan a Lucy, haciéndola agonizar antes de morir —susurró, alzó la mirada hacia mí, sus ojos no reflejaban solo dolor, sino odio y rencor.

Veía más del lado de la cría que no conocía. La otra cara de la moneda.

—A Lucy la mataron por mi culpa y...ahora no solo está Ronan, Frederick y Benjamín jodiéndome —apretó la mandíbula con fuerza y soltó la copa contra el suelo —. Tengo a otro más encima de mí. Pero mi muerte no es lo que quiere, sino verme sufrir porque le quité todo lo que quiso.

—¿Quién?

No me miró y se cubrió el rostro con las manos.

—En vez de morir mi papá solo debí haberme muerto yo — susurró con ira—. O simplemente... nunca debí haber vuelto.

Se puso de pie, yéndose a la terraza, la miré sobre mi hombro y me fui a mi habitación para darme una ducha. Que aprenda que la vida es así de dura o iba a morir antes de tiempo.

Evan forjó a muchos, pero con su hija fue de cristal. Imbécil.

—Señor, la señora trató de ahogarse en la piscina —me chilló la empleada y la miré de reojo.

—¿La sacaron? —pregunté y asintió algo ofuscada por mi reacción. Salí de la habitación, poniéndome la corbata a las malas. Vi a Kassia en el borde de la piscina siendo sostenida por dos de mis hombres.

—Mierda, que no quiero matarme, solo mido resistencia bajo el agua —gruñó —. Suéltenme.

Se arregló la ropa, escurría agua a doquier.

—Asume de una puta vez en donde estás parada y déjate de niñerías. Te atacan, atacas, así se hace —bufé hastiado de su comportamiento de cría. Ella solo me miró, perdida en sus pensamientos. Apretó los puños y me dio de impulso un puñetazo en el rostro.

Abrió la boca, sorprendida por ese golpe, quiso hacer algo, pero se quedó quieta, bajando los brazos a cada lado de su cuerpo.

—Puedes detenerlos, Khan. Tú pudiste detener esto...pero te faltan huevos —murmuró, mirándome fijamente. Moví la boca ante la acumulación de sangre.

Dulce Condena [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora