『 CHAPTER THREE 』

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¿Que no podemos estar en paz, Dios?

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¿Que no podemos estar en paz, Dios?.

—Si van a Seattle podrían venir aquí. Verían que sigo siendo humana—le dice mi hermana preocupada a lo que ruedo los ojos.

—No llegarán tan lejos—responde Edward intentando tranquilizarla pero realmente parece dudar de sus palabras—Pero iremos a Seattle de ser necesario.

En ese momento la pareja de adultos sale de la comisaría seguida de mi padre, les sonrío por cortesía y luego me acerco para besar la mejilla de papá en forma de saludo, el besa mi cabeza y fija su mirada en los tres—¿Listo para cenar?—pregunto sonriente.

—Si—asiente. Entonces su vista se fija en el vampiro—Sólo seremos nosotros tres, ¿verdad?.

Edward sonríe como si fuera gracioso, mi hermana lo mira mal y yo sólo puedo intentar no reír del claro disgusto que tiene mi padre hacia el novio de mi hermana—Yo sólo vine a dejarla—explica con amabilidad y mira a su novia—Así que hasta luego.

—Bien—le dice mi hermana con media sonrisa. El vampiro baja las escaleras para ir hacia su auto, se detiene antes de subir y se gira a mirarnos.

—Por cierto, mis padres querían que les recordara de los pasajes de avión que recibieron en sus cumpleaños—nos mira alternadamente. Papá frunce el ceño confundido.

—¿Pasajes? ¿Que pasajes?—pregunta mirándonos alternadamente.

—Para ver a mamá en Florida—le responde Bella.

—Vaya, eso es muy generoso—dice papá con sorpresa a lo que asiento de acuerdo.

—Se vence pronto, hay que usarlo este fin de semana—aclara el castaño mirándonos a ambas.

—No puedo irme y dejarlo todo—niega Bella dubitativa.

Oh por favor, ni que te fueras a mudar con mamá otra vez.

—Tal vez no puedas verla hasta después de la graduación—insiste lo que me hace sospechar de sus intenciones.

No digo que sea algo malo, pero es raro que presione a mi hermana con ir a Phoenix con tanta premura, más porque realmente no recuerdo que los pasajes estén por vencer. Además eso de chantajearla con lo de su estúpida transformación me da la razón, admito que sabe jugar con las cartas que tiene pero es raro.

—Bueno, no me parece mala idea—comenta papá haciendo que lo miremos con algo de sorpresa—Salir un par de días, relajarse y tal vez distanciarse—lo último lo dice mirando a mi hermana—Pueden pasar tiempo de calidad juntas—añade a lo que de mis labios sale un bufido de sorna. Mi hermana baja la mirada.

—Si, me gustaría ver a mamá—responde ella finalmente, luego mira a su novio—Siempre que tú, uses el tercer pasaje—lo señala. El gesto de mi padre cambia a uno fastidiado.

《 The Wolf's Love 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora