|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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En cuanto volvemos a adentrarnos en la casa, mi hermana va directamente a tomar en brazos a la pequeña Ness, quien se agita con energía entre los brazos de su padre al verla acercarse. Con una sonrisa, Bella la abraza contra si mientras camina hacia el ventanal más cercano dejando que la pequeña mire a través de él, Edward se acerca a ambas con una sonrisa de pura felicidad.
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Seth aprovecha para acercarse a ambos padres y compartir algunas palabras con ellos, seguidamente se despide de todos los presentes y sale de la casa para regresar a la Reserva con Leah a su lado. Suelto un suspiro dejándome caer contra el sofá quedando junto a mi lobo, quien enseguida me abraza por los hombros para atraerme a él y besar mi cabeza algunos segundos.
—¿Ya quieres ir a casa?—pregunta suavemente haciéndome mirarlo—Podemos pasar a comprar algo de cenar y llevarle a Charlie.
—De hecho me parece buena idea. Sólo deja en preguntarle si ya está en casa—asiento con media sonrisa y procedo a sacar mi móvil de mi chaqueta para enviarle un texto.
Cuando Alice llega a nosotros entre saltitos emocionados acompañados de una enorme y alegre sonrisa marca Alice Cullen, la miro extrañada al igual que mi hermana.
Mis ojos se abren como plato por la sorpresa. Por primera vez en mis 19 años de vida, he olvidado mi propio cumpleaños por concentrarme en todos los problemas que teníamos e incluso en los que todavía no existían. Sinceramente si eso es triste o no.
—Aquí está su regalo—nos dice extendiendo sus brazos hacia nosotras mientras sostiene dos llaves de color dorado pero de formas diferentes.
La miro confundida saliendo de mis pensamientos, con el ceño fruncido la tomo cuidadosamente—Vaya, que... pienso detalle. Siempre quise una llave así.
Alice ríe al igual que los demás y niega con la cabeza mirándome—La llave no es el obsequio como tal, boba.
—¿Entonces que significa?—le pregunta Bella igual de confundida que yo.
