⟢ CHAPTER SIXTY THREE ⟣

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—Bien

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—Bien. Una, dos... tres, puja.

En cuanto me da la señal, mi cuerpo entero se tensa contra la camilla y los estribos, mis manos se aferran a Esme y Jacob buscando apoyo hasta volverse blancos sin poder evitarlo, mis dientes se aprietan tanto como pueden, mi respiración se estanca en cuanto pongo toda mi fuerza en mi estómago y pelvis para sacar a mis cachorros de una vez por todas. El calor se acumula en mi rostro y en mi vientre debido al esfuerzo, siento que mi canal intenta expandirse aún más de lo posible mientras algo comienza a bajar.

Cuando necesito respirar, toda mi fuerza se desvanece y mi cuerpo se relaja, mi respirar es agitada lo que hace a mi pecho subir y bajar. Intento recuperarme tanto como sea posible antes de continuar.

—Lo haces bien, cariño. Tu puedes—me susurra Esme con aquel tono dulce y maternal que la caracteriza.

—De nuevo Lena, no te detengas—me pide Carlisle a lo que repito todas mis acciones anteriores para pujar otra vez pero un poco más fuerte que antes.

Entonces siento como si me partiesen por la mitad, mi pelvis se abre a tope al igual que mi canal, una gran y pesada sandía comienza a salir de mi sacándome un gran y fuerte alarido de puro dolor y hasta furia—¡La puta madre!—gruño cual demonio mientras continúo pujando.

—Eso es nena, eso es—me anima Jacob mirando mi rostro y a Carlisle alternadamente.

—¡Te juro Jacob Black que no vas a volver a tocarme en un puto año!—le grito dándole una mirada furiosa antes de dar un último pero poderoso empujón.

La carcajada de Emmet desde el otro lado de la casa y que resuena en las paredes hasta llegar a nuestros oídos, queda opacada por El Fuerte y agudo llanto de uno de mis bebés. Mi cuerpo se relaja de sobremanera cayendo contra la camilla, intento recuperarme para continuar pero sin poder dejar de mirar a mi primer cachorro, quien es tomado con toda la delicadeza del mundo por los brazos de Esme.

—Y llegó el primero—me dice Carlisle con un destello de alegría en sus obres dorados. Puedo jurar que esta sonriendo debido a sus pómulos alzados, pero debido al cubreboca, no estoy del todo segura.

Una ola de calidez me envuelve por completo, puedo jurar que mis ojos brillan de pura felicidad y amor por esa pequeña criatura que tantos dolores de cabeza me ha causado. Es una bolita de carne, sonrojada, húmeda, pero sumamente preciosa que hace a mi corazón acelerarse y brincar de felicidad en el espacio pericárdico de mi pecho. Lo único que puedo hacer es mirarlo, completamente embelesada por lo tierno que es y porque oficialmente, soy madre.

—Oh por Dios. Mira a nuestro cachorro, Lena—murmura Jacob con la voz cortada y los ojos acuosos denotando su conmoción. El agarre de su mano entorno a la mía aumenta de manera inconsciente mientras lo mira con puro amor y orgullo.

—Esme, anota la hora de su nacimiento, pésalo y acomódalo en una de las camas—le ordena Carlisle antes de devolver la vista a mi zona.

Su esposa asiente y procede a hacer lo que le dice envolviéndolo con una toalla azul rey que luce realmente esponjosa y suave, manteniendo una mirada boba y encantada en mi bebé.

《 The Wolf's Love 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora