|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
Advertencia: Contenido sexual explicito. Si son sensibles a este tema, les recomiendo no leer. Si lo hacen, se pide discreción.
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Narrador Omnisciente
En cuanto la pareja cruza la puerta de aquella cabaña en el bosque y que les fue prestada por segunda vez, Jacob carga a Lena con facilidad, le pelinegra rodea su cuello con los brazos y si torso con las piernas. El moreno la empotra contra la puerta cerrada y la besa ansioso de sentir la suavidad de sus labios y lo cálido de su boca. Las manos del chico se pasean por donde le place, pero la mayoría del tiempo se mantienen en el trasero de la pelinegra y no sólo para sostenerla.
Sin emitir palabra, el moreno se mueve de ahí para caminar a tientas por la casa, al chocar contra la mesa empuja una de las sillas con una patada para hacer espacio y poder dejar a Lena sentada sobre ella. En cuanto está bien sentada, Jacob se separa un poco de ella y comienza a deshacerse de su camisa con ayuda de su impronta, continúan besándose como si no hubiese un mañana y apenas deteniéndose a tomar aire para poder continuar.
Las manos de la medio vampiro empujan la parte superior de la camisa sobre los fuertes hombros de Jacob para poder lanzarla a algún lugar del comedor. Sus delgadas manos con las uñas pintadas de verde esmeralda bajan rápidamente hacia el pantalón de vestir de color negro que está sujeto a la cadera del moreno y resguardado con un cinturón del mismo color. Con rapidez lo desabrocha junto con el pantalón que enseguida cae al suelo, mientras tanto el chico desliza el cierre en la apreté baja de la espalda de la fémina.
Lena baja de un saltito de la mesa para comenzar a deshacerse del vestido, Jacob sale del pantalón y lo patea a un lado una vez que se retira el calzado y los calcetines. Ayuda a su impronta a quitarse la bonita prenda, así que termina lanzando el vestido hacia atrás sin importarle en lo más mínimo cuando nota que no hay prenda algunas que cubra la parte superior del torso de la ojiazul.
—Eres una diosa Lena, una diosa—le asegura con un deje de ternura que se ve opacado rápidamente por la lujuria que profesan su voz y mirada.
Ella sonríe orgullosa y se lanza a besarlo siendo correspondida de inmediato, Jacob la toma por la cadera otra vez para subirla a la mesa, ella lo rodea por el cuello mientras se deja hacer. Entre besos, mordidas y gemidos bajos, el moreno desliza la ropa interior inferior del cuerpo de Lena, la prenda vuela por ahí sin importarles en lo más mínimo. La fémina abre las piernas para que su novio tenga más espacio, lo ayuda a deshacerse de los bóxers y entonces el se acerca queriendo romper en espacio entre ellos.
Mientras Jacob ataca el cuello de Lena con besos húmedos y mordidas un tanto fuertes, ella se acerca más al filo de la mesa haciendo que su zona y el miembro erecto de Jacob se rocen suavemente y aquello les saque un suspiro deseoso. Cuando la ojiazul intenta deshacerse de sus tacones, el moreno la detiene tomándola por los tobillos, pasa sus brazos hacia atrás llevando las piernas de Lena con el y haciendo que lo rodee.
