|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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—Por Dios, Jacob...—murmuro todavía anonadada sin poder dejar de mirar el anillo.
—Tal vez no nos casemos mañana, o dentro de dos meses o tal vez un año. Pero quiero hacerlo desde ahora porque es una promesa, un juramento de que mi amor por ti es tan verdadero como mi existencia y que te amaré por siempre—me muerdo el labio intentando no sonreír como el mismísimo Pennywise—Entonces... ¿aceptas?.
Sus ojos brillan esperanzados hacia mi luciendo como un cachorro, sonrío resplandeciente sin poder evitarlo y asiento enérgica provocando en su rostro una enorme y brillante sonrisa.
—Por supuesto que si.
Con un salto nos ponemos de pie para fundirnos en un fuerte y conmovedor abrazo lleno de sentimientos puros y mucha emoción. Siento mis pies dejar d e tocar el suelo pro algunos segundos mientras los demás festejan nuestro compromiso. En cuanto nos separamos y estoy nuevamente en el suelo, une sus labios con los míos en un beso largo y muy romántico que nos deja con sonrisas bastante bobas y el corazón latiendo como loco.
—¿Puedo?—pregunta con una sonrisa levantando la cajita.
Asiento emocionada a lo que extrae el anillo con sumo cuidado para colocarlo con delicadeza en mi dedo anular izquierdo. Deja un beso en mis nudillo y vuelve a abrazarme con fuerza, aquello forma un nudo en mi garganta y hace caer alguna que otra lágrima de mis ojos.
—No puedo creerlo. Eres increíble—murmuro contra su oído sintiendo su agarre apretarse a mi alrededor, como si temiera que fuera a desaparecer en cualquier momento.
—Aún más increíble que hayas aceptado—responde provocándome una risa. Besa mis labios y entonces me libera de su agarre para que nuestra familia pueda felicitarnos. Aunque antes de que mi padre pueda acercarse, me toma de la mano y extrae del bolsillo de su pantalón un paquetito envuelto en papel de color violeta—También hice esto para ti—abre el envoltorio dejando ver una bonita pulsera tejida a mano de color negro con detalles en violeta—Este es el equivalente Quileute de un anillo de compromiso.
—Es hermosa—le aseguro dejando que la ate a mi muñeca izquierda. Vuelvo a abrazarlo y a besarlo pero de manera más corta. Cuando nos separamos, mi padre es el primero en abrazarme.
—Felicidades, Lena. Estoy muy feliz por ti aunque sienta que te está llevando de mi lado—río levemente al oírlo sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos—Lo único que me consuela es que sé que te ama demasiado como para comprometerse contigo y conmigo de testigo. Creo que no puedo dejarte ir con alguien más digno de ti.
Sus palabras terminan por derribar mi autocontrol, un sollozo bajo sale de entre mis labios y es acompañado por varias lágrimas que se pierden una vez que pasan mi mandíbula.
—Gracias papá. Significa mucho para mi que nos apoyes en esto.
Lo abrazo con medida para no lastimarlo. Besa mi cabello antes de separarnos un poco, seca mis lagrimas haciéndome mirarlo—Te amo hija y no importa que tan lejos te lleve la vida, siempre podrás contar con tu padre.
