|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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Un mes más tarde...
Gimo dolorida mientras me giro despacio sobre la cama y con algo de dificultad. Jake gruñe en desacuerdo cuando me separo de él y su brazo cae sobre el colchón, obviamente lo ignoro y me levanto tan rápido como puedo para ir al baño. Un suspiro de alivio sale de mi boca cuando logro hacer mi necesidad después de que mai hijos me patearan la vejiga por horas.
Una vez lista lavo mis manos y procedo a humedecer mi rostro para terminar de despertar, al mirarme en el espejo veo lo pálida e hinchada que estoy, así que supongo que necesito más sangre. Seco mi rostro con una de las pequeñas toallas debajo del lavabo y salgo de ahí en dirección de la cocina, una sonrisa se escapa de mis labios al ver a mi esposo profundamente dormido sobre mi almohada, con la boca abierta, los brazos y piernas extendidos a todo lo que da y dejando salir su saliva.
En cuanto estoy en la cocina extraigo dos bolsas de sangre de la hielera y las bebo tan rápido como puedo sin siquiera respirar. Me limpio las comisuras de los labios con las yemas de mis dedos y procedo a tirar las bolsas a la basura especial que está en el cuarto de lavado. Vuelvo a la cocina pero directamente al refrigerador y sacar de el un bowl de cristal con fruta picada, crema batida y la mezcla ya preparada para hacer hotcakes.
Apenas dejo todo en la isla y acerco mi mano a una de las perillas de la estufa, un fuerte dolor de inhala en mi vientre. Podría decir que es como un cólico menstrual pero multiplicado por 10. Un gemido de dolor sale de mi boca en tono bajo ya que apreté los dientes con fuerza, mi mano toma la barra con fuerza intentando aguantar, llevo mi mano izquierda a mi vientre intentando resistir.
Respiro hondo varias veces intentando enfocarme en cualquier otra cosa para distraerme del dolor. Los segundos pasan con una lentitud desgarradora, pero finamente se aligera hasta desaparecer por completo, lo cual me provoca un suspiro de alivio. Me enderezo lentamente temiendo provocar otro cólico por el movimiento, cuando nada sucede continúo preparando los hot cakes y comiendo al mismo tiempo.
En cuanto termino mi vista se posa en uno de los relojes de pared qué hay situados en algunas habitaciones de la casa, como la cocina, nuestra oficina, la estancia y la sala de entretenimiento. Este marca las 12:13 del medio día con las largas manecillas plateadas y largas que hacen un ligerísimo sonido al moverse cada que deben. Jacob no ha despertado y no parece haber ninguna señal de que esté por hacerlo pronto, así que decido preparar su desayuno mientras tanto.
Siete hotcakes apilados uno sobre otro, con fruta variada y bien picada en cubos encima y alrededor, con algo crema batida sobre todo y que contrasta claramente por los demás colores del platillo. Vierto un poco de miel de maple para finalizar, seguidamente le sirvo un poco de café en su taza favorita de Avatar y dejo todo en la mesa de servicio de madera fabricada artesanalmente, de color marrón obscuro y con finos tallados curvos.
Camino con cuidado hasta la habitación, un tanto más lento de lo normal y en sumo silencio. Al cruzar la puerta, el mismo dolor de hace un rato se repite pero con mucha más fuerza en mi vientre, casi puedo sentir como se contrae cada fibra de músculo y piel en esa zona. Me detengo abruptamente mientras mis manos se aferran por inercia a la mesa entre mis manos con tanta fuerza que inevitablemente esta se rompe en miles de pedazos, dejando que todo caiga al suelo, se rompa y haga un desastre sobre el mármol.
