|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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Narrador Omnisciente
Jacob se abalanza sobre Lena nuevamente Pat subir sus labios en un beso mucho más brusco y pasional que hace a la trihíbrida derretirse entre sus brazos. Las manos masculinas descienden hasta llegar al inicio de los leggings negros que se ajustan al cuerpo de su impronta, enseguida tira de ellos hacia abajo desesperado por eliminar todas las prendas que se interponen en su camino y el placer por el cual ambos se remueven ansiosos uno contra el otro.
En cuanto la prenda negra deja libre a Lena, tira de sus bravas rompiéndolas y sacándole una risa encantada a la pelinegra, quien lo mira con los ojos chispeantes de lujurias y puro deseo. El moreno sonríe encantado y vuelve a colocarse entre sus piernas para besarla. Las manos de la fémina acarician el pecho desnudo de su novio para comenzar a descender hasta el borde de sus jeans, los cuales desabotona con rapidez para poder dejar a su chico tal y como Dios lo trajo al mundo.
Empuja la prenda azul un poco dejando el trasero del moreno,—aún cubierto por sus bóxers—, al aire. Con una sonrisa coqueta empuja a Jacob por los hombros y los gira hacia la izquierda dejándola sentada justo sobre el muy despierto y viril miembro del lobo, cosa que le saca un suspiro deseoso a ambos. La pelinegra se pone de pie para tirar de los jeans de Jacob hasta dejarlo libre y lanzarlos hacia atrás, seguidamente se inclina para retirar los bóxers rojos.
Sin despegar sus orbes café de los azules de Lena, Jacob la mira con atención gatear hasta quedar encima suyo con una pierna a cada lado. El moreno se sienta para abrazarla por la cintura pegándola a él, unen su labios en un beso fiero que les produce escalofríos mientras las manos de ambos se pasean por el cuerpo del otro. Las caderas de la ojiazul comienzan a moverse provocando fricción directa sobre el miembro del lobo, ambos gimen contra los labios del otro buscando más y más.
Las manos del moreno se cuelan en el largo cabello de su novia tirando levemente de él desde la base, sus labios bajan al cuello libre de la chica que huele a frutos rojos gracias a su perfume, los gemidos bajos de la fémina aumentan conforme las mordidas y besos de Jacob se vuelven un poco más rudas. El lobo los vuelve a girar para dejarla contra el colchón, en cuanto puede, atrapa con su boca uno de sus pechos mientras que el otro es amoldado en su mano.
Después de unos segundos continúa bajando sus besos húmedos y mordidas suaves por el torso de Lena, los suspiros aumentan y el corazón de la chica se acelera conforme el calor de la boca de Jacob se acerca a su zona íntima. Las manos del hombre la toman por los muslos para empujarlos hacia arriba y hacia afuera dejando la ya muy húmeda zona de Lena al aire y completamente a su disposición. Se inclina hacia ella con lentitud mirando a su impronta directamente a los ojos.
Aquello deja a la fémina totalmente encandilada y absorta en Jacob. El calor dentro de su cuerpo aumenta considerablemente por la tensión y la conexión que se forma entre ambos siempre que se miran. Con lentitud, Jacob acerca su rostro hasta que sus labios entran en contacto con los labios mayores de la chica dejando un beso suave y cálido, sin dejar de mirarla, saca su lengua abriéndose paso entre los labios de Lena.
