|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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—Me sorprende que hagas una pausa en tu entrenamiento—comenta Jacob desde el asiento del copiloto.
El, Bella, Nessie y yo vamos de camino a la casa de mi padre en el auto de Edward, todo con la intención de que mi hermana pueda ir a buscar al "famoso" J. Janes sin que la cuestionen o se enteren de lo que descubrimos ayer por la noche. Además así podemos aprovechar para ver a papá, lo extraño bastante y en esta época navideña más resiento el no estar con él, me es difícil no sentirme mal por dejarlo solo aunque según un pajarito, Sue ha pasado mucho tiempo con él.
—Si no le llevamos a Ness a mi padre, el irá a la casa—le responde mi hermana con la vista en el camino—Veintisiete vampiros, un humano... no es una buena idea.
—¿Eso es lo que le dijiste a él?—le responde en un susurro y con una ceja alzada. Alzo la mirada enseguida al oírlo, Bella lo mira con el ceño ligeramente fruncido.
—Jacob—murmuro su nombre con advertencia a lo que me mira sobre su hombro, asiente y devuelve la vista a mi hermana.
—Como quieras—murmura de nuevo girando la cabeza para mirar por la ventanilla—Me alegra alejarme de esos apestosos chupasangre—añade a lo que ambas lo miramos mal.
—Recuerda que tu novia es una apestosa chupasangre, idiota—me mira con una sonrisa inocente a lo que ruedo los ojos. Nessie ríe por lo bajo al ver la mirada que me dedica el lobo.
—Lo siento nena—me lanza un pequeño beso que me ablanda el corazón—Olvidaba que ellos son los buenos—mi hermana lo mira mal otra vez—, pero vamos, Drácula uno y dos son...escalofriantes.
Río a la par de mi hermana al oírlo y por aquel gesto tan gracioso que hizo.
—Si, lo admito—asiente mi hermana sin borrar su sonrisa divertida. Jake se gira a mirarme con una sonrisa que le correspondo.
Unos minutos después llegamos a la que era nuestra casa, o bueno que sigue siendo nuestra, cosa que mi padre no dejó de repetir cuando le mencioné que los Cullen nos regalaron una propiedad a ambas por nuestros cumpleaños. Aún no sabe que viviré con Jacob y que mi mudanza a allá es casi oficial, sólo esperaré a que todo esto pase para que nuestras vidas retomen su rumbo y podamos continuar con calma.
Bajo del auto con una sonrisa y con una animada Ness detrás mi, mi padre y Sue nos esperan fuera de casa con grandes sonrisas. Mi sobrina corre hacia mi padre quien la recibe con un fuerte abrazo de oso, en segundos, Seth se encuentra junto a él mirando a la pequeña con los ojos chispeantes de alegría y esperando pacientemente su turno para tener la atención de Ness sólo para él. Una sonrisa dulce se forma en mi rostro al verlos, el brazo de Jacob me rodea por la cintura para acercarme a él, deja un beso sobre mi cien provocándome mariposas en el estómago.
—¡Mira cuanto haz crecido!—le dice papá a la pequeña con una sonrisa—Quince centímetros—le dice a Sue impresionado.
—Pasen, está listo el almuerzo—nos invita Sue con una sonrisa cálida.
