|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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Me remuevo incómoda en mi cama más no abro los ojos, tengo una sensación extraña pero no quiero despertar. Me quedo quieta y decido ignorar eso, pero no consigo hacerlo, me despierto de golpe y al alzar la mirada lo veo, Edward está de pie junto a mi ventana iluminado por la luz de la luna—¿Pero que carajo?—pregunto en voz alta, me giro con rapidez para encender la lámpara que está en mi buró, vuelvo a mirar hacia la ventana y ya no hay nadie.
Entonces no estaba aquí, fue como un sueño o una confusión, suspiro y apago la lámpara para después acomodarme de nuevo y dormir.
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Rodeo a mi hermana por los hombros mientras canto en tono bajo Love on the brain, ella sonríe al oírme cantar. Siempre le ha gustado mi voz, desde pequeña acostumbraba a cantarle cuando no podía dormir.
—¡Necesito los permisos de todos!—la voz del maestro se alza, así que tomo nuestros permisos y camino hacia el, saludo a Ángela y se los entrego para después volver con mi hermana, a mitad de camino Mike se acerca a mi sonriente.
—Hey, Lena.
—Hola Mike—le sonrío de vuelta.
—Estas viva eh—dice moviendo la mano hacia el cielo como si fuera cosa divina, sonrío divertida y asiento.
—Si, falsa alarma—continúo caminando hasta mi hermana con el rubio a mi lado, mi hermana me extiende la mochila para subir al camión, me giro a ver a Mike y justo sobre su hombro esta Edward, mirándome y hasta parece que está escuchando.
—Me alegro—sonrío y miro de nuevo al rubio, mi hermana me mira sabiendo mi incomodidad—Bueno, quería preguntarte..., yo..., sé que falta un mes pero... ¿quieres ir al baile conmigo?
Mi garganta se seca por la sorpresa.
—Oh, mmm, te diría que si pero no podré Mike. Iremos a Jacksonville ese fin de semana, vamos a ver a mamá así que no estaremos aquí—hago una mueca, su sonrisa decae—De haber sabido antes o si la situación fuera otra, habría ido contigo.
—¿No pueden ir otro fin de semana?—pregunta con un poco de esperanza.
—Mi madre ya nos compró los boletos—habla Bella haciendo que la miremos, la miro agradecida a lo que ella asiente casi imperceptiblemente.
—Lo siento Mike—hago una mueca, el asiente decaído—Pero puedes preguntarle a Jessica, se muere por ir contigo—la señalo y el se gira, entonces la cacha viéndonos, ella nos saluda para disimular, el asiente cabizbajo.
