|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
Advertencia: Contenido sexual explícito. Si son sensibles a este tema, les recomiendo no leer.
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—¿Y como te sientes?—la voz de Carlisle llama mi atención. Retiro la mirada del ventanal con vista al bosque desde su consultorio.
—De hecho bien. Es extraño escuchar algunas voces en mi cabeza cuando me desconcentro pero lo llevo bien, la telequinesia si es fabulosa—admito con una sonrisa que contagia al rubio.
—¿No has tenido otro descontrol?—niego con la cabeza—Eso es alentador. Quiero creer que tu habilidad y responsabilidad podrán con el desarrollo de tu don y no tendrás problemas.
—Eso espero—suelto un suspiro—No quiero hacerle daño a nadie.
—No lo harás, sólo ten fe en ti misma—me dice Carlisle con calidez. Asiento levemente con una pequeña sonrisa—¿Como te sientes respecto a tu apetito, a la energía?.
—Pues creo que con el paso del tiempo se ha equilibrado, y de la energía sigo igual. Me siento lista físicamente hablando todo el tiempo, pero mentalmente a veces si me siento agotada.
—Seguirás sintiéndose así respecto a la energía. Tu cuerpo es aún más resistente y adaptable que el nuestro, pero con el tiempo se volverá tan fácilmente que ni lo sentirás—hace algunas anotaciones en su libreta—¿Cuánta sangre bebes a la semana?.
—Tres bolsas de O- a la semana. Se que sonará bizarro pero esa es mi favorita—el rubio ríe cortamente.
—Te entiendo—asiente divertido—Yo también tuve mi favorita.
—Eso si me sorprende—río cortamente.
—Entonces de ahora en adelante sólo te conseguiré O-.
—Y por eso eres el mejor doctor del mundo, Carlisle—le aseguro con una sonrisa—¿Todo está bien respecto a mis estudios?.
El asiente cerrando el sobre amarillo con mis resultados—No han cambiado prácticamente nada en comparación a los de hace un mes. Sigues estando sana y muy fuerte, y lo seguirás estando.
Asiento dejando salir un suspiro de alivio—De acuerdo, gracias por todo—le doy una sonrisa que el corresponde—Ahora debo irme. Alice quiere que la ayude a escoger las flores y las decoraciones para la boda.
—Mucha suerte con eso—suelto una risa corta.
—La voy a necesitar—aseguro divertida. Bajo de un salto de la camilla para luego salir del consultorio.
Cierro la puerta detrás mi para luego ir directo al estudio en la siguiente planta, donde Alice ha formado un fuerte con todo tipo de telas, catálogos, muestrarios y todo lo necesario para planear la futura boda de Edward y mi hermana, la cual hemos iniciado a planear desde hace dos semanas. Aunque desafortunadamente no hemos avanzado demasiado, ya que cada vez que creemos haber escogido algo en específico, Alice mira alguna otra opción y entonces volvemos a retroceder.
