⟢ CHAPTER TWENTY FIVE ⟣

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Después de que nos separáramos de aquel beso tan sexy y que definitivamente me revoluciona hasta a la hormona más huevona de mi ser, tuve que entrar de nuevo a la casa para ayudar a Rose con el baño de mi hermana

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Después de que nos separáramos de aquel beso tan sexy y que definitivamente me revoluciona hasta a la hormona más huevona de mi ser, tuve que entrar de nuevo a la casa para ayudar a Rose con el baño de mi hermana. Debido a la falta de nutrientes, minerales y otras cosas en su cuerpo, su fuerza y energía han disminuido considerablemente. Apenas y soporta el gran vientre que ahora tiene, sus huesos no resisten todo el peso, mucho menos cuando han perdido calcio.

Así que debemos ayudarla en la mayoría de las cosas que necesita hacer, eso incluye preparar su desayuno, bañarla, acompañarla al sanitario a vomitar o a hacer sus necesidades. No imagino lo fatal que debe sentirse por ello pero tampoco imagino el amor que le tiene a ese bebé como aora resistir todo esto, para obligarse a continuar aunque su cuerpo esté muriendo en el proceso. Y no me mal entiendan, no me molesta ayudarla, al contrario.

Me gusta pasar tiempo con ella, todo el que me sea posible sabiendo que puedo perderla. No me perdonaría jamás el no haber aprovechado estos momentos con ella, que aunque no son los más divertidos o cómodos, aún así valen la pena ser atesorados. Así que continuo echando ala sales de baño de color rosa que enseguida comienzan a diluirse en el agua caliente de la tina que hemos llenado. Mientras tanto, Rose se encarga de preparar las toallas, la ropa, cremas, lociones, jabón y todo lo que cree necesario.

Bella se queda en silencio, pensativa y calmada en aquella silla de madera con una bata blanca y esponjosa cubriendo su desnudez. En cuanto el agua está lista, dejo el envase sobre el lavamanos de mármol y me acerco a ella para ayudarla a ponerse de pie. Al hacerlo, el nudo en la cinta que fija la prenda alrededor del vientre de mi hermana se deshace, por lo que termina abriéndose un poco y los hombros deslizándose hasta la mitad de los brazos.

Sin importarme su desnudez la aliento a caminar hacia la tina, pero se queda estática y su respiración se entrecorta haciéndome mirarla preocupada. Su vista fija en el espejo es un tanto aterradora, mira con seriedad y una desolación tan dolorosa que hasta al más frío del mundo podría hacer sentir mal. Cuando miro en la misma dirección veo el reflejo de Edward, porque si, estos vampiros si se reflejan en los espejos y no les hace nada una estaca de madera, ni los crucifijos de plata.

Así que tomen nota.

La mirada de Edward se pase con lentitud en la vista de la espalda pálida y esquelética de mi hermana. El dolor, la impotencia, la ira y más emociones que no se reconocer pero que fácilmente podría oír, se mezclan en sus orbes dorados y fijos en Bella. Mi hermana se remueve incómoda y como puede se mueve para cubrirse de nuevo, yo la suelto con cuidado para ir a cerrar las puertas corredizas sin mirar a mi desolado cuñado.

Al girarme veo que Rose ya la ha ayudado a entrar a la tina, ahora está ahí medio recostada con el agua y las burbujas cubriéndola hasta el inicio de sus pechos. Me acerco a ella para hincarme detrás suyo y comenzar a lavar su opaco cabello son suavidad y cuidado, mientras, Rose se encarga de lavar su cuerpo con una esponja rosada y suave que compramos hace unos días sólo para Bella.

《 The Wolf's Love 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora