⟢ CHAPTER FIFTY EIGHT ⟣

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Black-Swan's House

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Black-Swan's House

—¡Me veo horrible!—me quejo en alto frente al espejo vertical fijado en la puerta del vestidor.

Con una mueca, repaso el gran jumper de maternidad de mezclilla azul marino que me he puesto encima de una blusa blanca de manga larga y cuello redondo. Un outfit de los muchos que Alice insistió en comprar para mi para mantenerme cómoda, objetivo que si ha cumplido pero que definitivamente me hace ver aún más gorda de lo que por si ya soy.

—¡Dios! ¡Soy una ballena! ¡Soy una jodida bola con patas y brazos!—las lágrimas comienzan a salir de mis ojos sin que pueda evitarlo. Jake suelta una risa enternecida y se acerca a abrazarme enseguida.

—No nena, te ves hermosa. Luces preciosa e increíblemente sexy—murmura contra mi oído con suavidad mientras acaricia mi vientre con suavidad—Eres la ballena más hermosa que he visto jamás.

—¡Jacob Black!—lo miro furiosa a través del espejo mientras retiro sus manos con brusquedad de mi cuerpo.

Suelta una larga carcajada mientras me alejo de él con grandes zancadas para intentar ponerme los estúpidos tenis en mis estúpidos e hinchados pies.

—Es una broma, nena. Te ves como una súper modelo, una modelo golda y muy... enojona—se acerca a mi sin dejar de sonreír. Se hinca frente a mi para ayudarme con el calzado, ruedo los ojos soltando un bufido molesto pero lo dejo ayudarme—Y eres mía, sólo mía—sentencia con una mirada pícara que consigue hacerme sonrojar.

Una sonrisa se forma en mis labios sin poder evitarlo, me pongo de pie con su ayuda y dejo que vuelva a colocar sus manos en mi estómago.

—Te odio—murmuro divertida posando mis manos en sus antebrazos.

—Y yo te amo con todo mi ser—sentencia sonriente antes de inclinarse a besar mis labios teniendo cuidado de no presionar mi vientre—Ahora andando. Carlisle tiene que revisar a mi cachorro—tira de mi no pudiendo ocultar su clara emoción.

Hace una semana, Carlisle confirmó que podría decirnos el sexo de una vez por todas, por lo cual mi esposo ha estado impaciente, ansioso y demasiado emocionado los últimos días, saltando de un lado a otro, intentando imaginar que es lo que nos espera, planeando las futuras actividades que le enseñará al bebé de ser un varón, y todas las que aprenderá si es que es una niña. Además de dejar muy en claro que su futura princesa jamás estará desprotegida, ni mucho menos, que ningún hombre que no pertenezca a su familia podrá rondar a menos de diez metros de ella.

Por esa sarta de promesas no he podido evitar desear aún más tener un niño, si apenas yo puedo controlar los celos y la sobreprotección de mi esposo, no quiero imaginar la tortura que será para una niña tener un padre que no quiera que nadie respire siquiera en su dirección. Aunque debo admitir que sería de lo más divertido ver a Jacob hacer pucheros y berrinches por meros celos.

《 The Wolf's Love 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora